Comentario de Matthew Henry | Exodo 7:14-25 | 0 | 3538
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Comentario Éxodo 7:14-25. El río convertido en sangre—Angustia de los egipcios. - Exodo 7:14-25

Estudio Biblico

Vv. 14—25. He aquí la primera de las diez plagas: Conversión de las aguas en sangre. Fue una
plaga espantosa. La vista de tan vastos torrentes de sangre no podía sino inspirar horror. Nada es
más común que el agua; tan sabia y tan bondadosamente la Providencia ha ordenado que lo que es
tan necesario y útil para el bienestar de la vida humana, sea barato y esté disponible casi en todo
lugar; sin embargo, ahora los egipcios tenían que beber sangre o morir de sed. Egipto era una tierra
agradable, pero los peces muertos y la sangre deben de haberla puesto muy desagradable. Era una
plaga justa, enviada con justicia sobre los egipcios, porque el Nilo, el río de Egipto, era su ídolo. Esa
criatura que idolatramos es lo que Dios nos quita justamente o hace que nos sea amarga. Habían
manchado el río con la sangre de los niños de hebreos y, ahora, Dios había convertido el río en
sangre. Nunca habían tenido sed de sangre, pero, tarde o temprano, se hartaron. Era una plaga
significativa; Egipto dependía mucho de su río, Zacarías xiv, 18; de modo que el atacar el río, para
ellos era una advertencia de la destrucción de toda la producción de su país. El amor de Cristo a sus
discípulos cambia todas sus misericordias comunes en bendiciones espirituales; la ira de Dios contra
sus enemigos convierte en maldición y miseria para ellos las ventajas más apreciadas. —Aarón tiene
que convocar la plaga golpeando el río con su vara. Fue hecho a la vista del Faraón y sus ayudantes,
pues los verdaderos milagros de Dios no se realizan como los prodigios mentirosos de Satanás; la
verdad no se esconde en los rincones. Véase el poder omnipotente de Dios. Cada criatura es para
nosotros lo que Él la hace ser: agua o sangre. Nótese con qué cambios nos podemos encontrar en las
cosas de este mundo; lo que siempre es vano, pronto puede convertirse en tribulación. Nótese qué
mala obra hace el pecado. Si las cosas que han sido nuestra consolación resultan ser nuestra cruz, es
gracias a nosotros mismos. El pecado es lo que convierte nuestras aguas en sangre. —La plaga duró
siete días; y en todo ese tiempo el orgulloso corazón de Faraón no le dejó desear que Moisés orara
para eliminar la plaga. Así los hipócritas de corazón acumulan ira sobre sí. No es de asombrarse que
la ira de Dios no se haya apaciguado, sino que su mano aún siga extendida.

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PASAJE BIBLICO

Exodo 7
7:14 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo.

7:15 Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,

7:16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír.

7:17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.

7:18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río.

7:19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.

7:20 Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre.

7:21 Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.

7:22 Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.

7:23 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto.

7:24 Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río.

7:25 Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río.

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