También muestra la suerte de los creyentes que deben pasar por muchas tribulaciones para entrar al
reino. Es una historia que no tiene igual en que exhibe variadas formas de obrar de la mente humana,
tanto para el bien como para el mal, y la providencia singular de Dios al hacer uso de ellas para
cumplir sus propósitos. —Aunque José era el favorito de su padre, no fue criado ocioso. No aman
verdaderamente a sus hijos, aquellos que no los ocupan en los negocios y trabajos, y cosas que
requieren esfuerzo. Con buena razón se dice que mimar a los hijos es echarlos a perder. Los que han
sido educados para no hacer nada es probable que sean buenos para nada. —Pero Jacob dio a
conocer su amor vistiendo a José más finamente que el resto de sus hijos. Malo es que los padres
hagan diferencias entre uno y otro hijo a menos que haya una gran razón para ello, por la obediencia
o desobediencia de los hijos. Cuando los padres hacen diferencias, los niños pronto la captan y eso
conduce a conflictos familiares. —Cuando estuvieron fuera del alcance de su vista, los hijos de
Jacob hicieron lo que no hubieran hecho en casa con él; pero José daba cuenta a su padre de la mala
conducta de ellos para que los reprimiera. No como chismoso para sembrar discordia, sino como
hermano leal.