1 Pedro 3:3-4
No busquen ustedes la belleza externa que producen adornos tales como peinados exagerados, joyas de oro y vestidos lujosos. Procuren más bien la belleza pura, la que viene de lo íntimo del corazón y que consiste en un espíritu afectuoso y tranquilo. Esta es la que tiene valor delante de Dios.
Recuerdo muy bien la primera vez que me aplique tintura en mi cabello, un procedimiento que duró 5 horas, el olor de los químicos me producía ardor en la vista y me salían abundantes lágrimas, además muchos estornudos, sin embargo, eso no me detenía, había mucha expectativa con el resultado. Para empezar a profundizar en el texto, no juzgo a las mujeres que se maquillan, usan fajas, tacones o se realizan procedimientos estéticos o a las que no lo hacen. El propósito principal de esta reflexión es detenernos en que aunque los procedimientos estéticos que varían de una cultura a otra, a veces son dolorosos o costosos, nunca serán tanto como aquellos que transforman nuestro carácter, y siempre serán muy rápidos, aunque te hagas una cirugía estética y su recuperación dure semanas, siempre va a ser más rápido que una transformación de carácter.
Hay muchas mujeres que se someten a procedimientos porque internamente no se sienten bellas según los estereotipos del país donde viven y piensan que esta es la solución, y aun después de ver los resultados, siguen sintiendo insatisfacción, los estereotipos de este mundo hacen mucho daño en mentes sin el amor incondicional de Dios.
Buscar la belleza pura, la que viene de lo intimo del corazón, y que consiste en un espíritu afectuoso y sereno, esa si que es costosa, pero no se puede comprar con dinero, sino por la abundante gracia divina, que se obtiene a partir de la disciplina en oración y estudio de la biblia con un corazón genuino, cuesta tiempo, tu orgullo, tu vanidad, implica ejercitar el dominio propio y amar de verdad, a través de la manera que utilizas para resolver y reaccionar ante los desplantes, pataletas y ofensas de aquellos que viven bajo tu mismo techo, empezando por tu cónyuge e hijos. Es una belleza que no se obtiene en 5 horas o en 5 semanas, es una belleza que no es propia de ningún ser humano, no es física, no es superficial, es visceral, viene de lo profundo del ser, es una belleza en la esposa que embellece al esposo, es una belleza para las madres que enorgullece a los hijos, es el tipo de belleza que predica sin palabras y es aquella que realmente tiene valor para Dios. Se obtiene a diario y durante toda la vida, nunca será instantánea. No pierdas la motivación, pues el resultado es superior a todas tus expectativas. ¿La tienes?... ¿La quieres? … Ve a Jesucristo el Salvador.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.