Vv. 1—5. Satanás atacó a nuestros primeros padres para llevarlos a pecar; la tentación les resultó
fatal. El tentador fue el diablo, en la forma y semejanza de una serpiente.
El plan de Satanás era arrastrar a nuestros primeros padres al pecado y, así,poner separación entre ellos y su Dios.
De este modo el diablo fue desde el comienzo un homicida y gran obrador de maldades. La persona tentada
fue la mujer: la táctica de Satanás fue entablar una conversación con ella mientras estaba sola. Hay
muchas tentaciones en las que el estar a solas da gran ventaja al tentador; en cambio, la comunión de
los santos cuida en gran medida la fortaleza y seguridad de ellos. Satanás sacó ventaja de hallar a la
mujer sola cerca del árbol prohibido. —Satanás tentó a Eva para, a través ella, poder tentar a Adán.
Su táctica es enviar las tentaciones por medios que no sospechamos, y por quienes tienen la mayor
influencia sobre nosotros. Satanás puso en duda si era o no era pecado comer de este árbol. No dejó
al descubierto su designio al comienzo, pero planteó una pregunta que parecía inocente. El que
quiera estar a salvo debe cuidarse de no hablar con el tentador. Citó mal el mandamiento. Él habló en
forma sarcástica. El diablo, así como es un mentiroso, es también un escarnecedor desde el principio;
y los escarnecedores son sus hijos. El arte de Satanás consiste en hablar de la ley divina como
dudosa o irracional y, así, atrae la gente al pecado; nuestra sabiduría consiste en mantener firme
nuestra creencia en el mandamiento de Dios y un elevado respeto por Él. ¿Conque Dios dijo: ¿No
mentiréis, no tomaréis su nombre en vano, no os emborracharéis, etc.? Sí, estoy seguro que lo dijo, y
está bien dicho; y, por su gracia, yo lo cumpliré. —El entablar esta conversación con la serpiente fue
debilidad de Eva: por su pregunta debió notar que no tenía buenas intenciones, y por tanto, debió
retroceder. Satanás enseña primero a los hombres a dudar y, luego, a negar. Les promete beneficios
si comen de este fruto. Su objetivo es introducir el descontento con su estado presente, como si no
fuera tan bueno como pudiera y debiera ser. Ningún estado por si mismo dará contento a menos que
la mente sea puesta en ello. Los tienta para que busquen ascender como si fueran dignos de ser
dioses. Satanás se arruinó a sí mismo cuando deseó ser como el Altísimo, luego, procuró infectar a
nuestros primeros padres con el mismo deseo para arruinarlos también. El diablo sigue aún
atrayendo a la gente a su esfera de interés sugiriéndoles pensamientos malos acerca de Dios y falsas
esperanzas de lograr beneficios por medio del pecado. Por tanto, pensemos siempre bien de Dios
como el sumo bien y pensemos mal del pecado como el sumo mal: así resistiremos al diablo y él
huirá de nosotros.