Vv. 1—3. Después de seis días Dios cesó todas las obras de creación. En los milagros ha usado leyes
superiores de la naturaleza, pero nunca ha cambiado su curso establecido, ni le ha agregado. Dios no
descansó como si estuviera cansado sino como alguien que está muy complacido. Nótese al
comienzo mismo del reino de gracia, la santificación o la observancia sagrada del día de reposo. La
observancia solemne de un día de cada siete como día de sagrado reposo y de santo trabajo, para la
honra de Dios, es deber de toda persona a quien Dios ha dado a conocer sus santos días de reposo.
En este momento, nadie de la raza humana tenía ser sino nuestros primeros padres. Para ellos fue
instituido el día de reposo y, es claro, también para todas las generaciones sucesivas. El reposo
cristiano que observamos es un día séptimo y en él celebramos el reposo del Dios Hijo y la
consumación de la obra de nuestra redención.