Olvidarse de Dios, ¿a qué precio? - Job 8:11-14

Son muchas las veces que un hijo de Dios se ve tentado a envidiar la aparente prosperidad de aquellos que viven sin temor de Dios alguno, y siente que el propósito de ser intachable no vale la pena. Si alguna vez te has sentido así, mi deseo es que seas reconfortado por la palabra y revivas tu compromiso con Dios. 

La palabra de Dios dice en Job 8:

11 ¿Crece el junco sin lodo?

¿Crece el prado sin agua?

12 Aun en su verdor, y sin haber sido cortado,

Con todo, se seca primero que toda hierba.

13 Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios;

Y la esperanza del impío perecerá;

14 Porque su esperanza será cortada,

Y su confianza es tela de araña.

Aquellos que se olvidan de Dios viven marchitos aunque tengan mucha agua, haciendo referencia a sus recursos materiales abundantes, y aunque estén verdes, su fachada de juventud esconde un corazón marchito. Los que se olvidan de Dios ponen su confianza en lo que no debieran, es decir , cualquier otra persona o cosa que no sea Dios, cualquier situación desvanece dicha confianza, ya que es débil como la tela de una araña.

En vez de envidia, el corazón de un creyente debe sentir compasión por todos aquellos que se muestran con un corazón alejado de Dios. 

Todos los días estaremos enfrentando desafíos, unos mas difíciles que otros, las aflicciones extraordinarias no siempre son un castigo de pecados, a veces son pruebas para gracias extraordinarias que nos ayudan a alcanzar la madurez que Dios quiere para sus hijos, por ello si te sientes afligido en este momento, te animo a que persigas la integridad » Dios no rechaza a quien es íntegro, ni brinda su apoyo a quien hace el mal. Job 8:20 NVI y esta integridad es mencionada en otras versiones de esta manera, Dios no rechaza al perfecto ( maduro), intachable, al hombre bueno, y al honrado. 

No es una perdida de tiempo vivir para agradar a Dios, confía en Él y Él hará.