Job 6:25
Las palabras sinceras pueden causar dolor,
pero ¿de qué sirven sus críticas?
Job atravesaba momentos de aflicción realmente crudos, había perdido sus bienes, sus empleados y sus hijos, y además de eso su salud, hay cosas que se pueden recuperar con trabajo honesto y constante pero hay otras que ni con todo el dinero se pueden volver a tener. Esto nos recuerda lo frágiles que somos, y nuestras limitaciones, en momentos así, podemos sentir desesperación y es válido, lo que no debemos permitir es que ella nos lleve a pecar contra Dios con nuestras palabras y pensamiento.
Debido a todo esto los amigos de Job fueron a visitarlo, y al verlo tan abatido, Elifaz con el animo de alentarlo en su discurso dijo una que otra palabra fuerte, inoportuna para Job en ese momento, las expectativas del acompañamiento que esperaba recibir, quedaron en el suelo.
Job aceptaba todas las perdidas que estaba sufriendo, porque desnudo había llegado a la tierra y así se iría, lo que le disgustaba era que su amigo lo criticara e insinuara que había pecado y por eso estaba recibiendo tanto dolor. »Uno debería ser compasivo con un amigo abatido, Job 6:14 pero tú me acusas sin ningún temor del Todopoderoso.
Pero Dios si conocía a Job, el concepto que tiene de Él no necesita de referencias personales ni familiares adicionales, porque Dios conoce el corazón y es imposible engañarle.
La enfermedad, el luto y la escasez nos puede nublar nuestra perspectiva de Dios en nuestros asuntos, por ello te invito a confiar en Dios, que siempre nos ayuda en tiempo de necesidad, siempre sucede que aunque tengamos pocas expectativas del hombre, obtenemos mucho menos, pero de Dios aunque esperemos mucho, obtenemos mucho más.
Job pensaba que estaba experimentando la ira de Dios, pero estaba lejos de ello, su dolor y desesperación lo llevaban a conclusiones apresuradas y erradas, Jesús si soporto la ira de Dios, y ninguno de nuestros sufrimientos es parecido a ello, confiar en el es seguro, Él jamás defraudará a los íntegros, y aunque caminemos por valles con sombra de muerte, no temeremos mal alguno, su vara y su callado nos infundirán aliento.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.