“Hay que disfrutar cada día mientras estamos vivos, sin importar cuánto va a durar nuestra existencia”. Eclesiastés 11:8 (PDT)
Es el primer común denominador de las grandes familias: las familias extraordinarias son divertidas. Saben jugar. Saben divertirse. Disfrutan de la vida juntos. Este es el ingrediente que falta en tantas familias hoy en día. Hoy nuestras familias están demasiado ocupadas, demasiado cansadas, demasiado negativas, demasiado desgastadas y demasiado serias. ¿Quién quiere volver a casa de la escuela a eso? Las familias deben ser divertidas.
La Biblia habla de esto y de hecho lo ordena. Eclesiastés 11:8 dice: “Hay que disfrutar cada día mientras estamos vivos, sin importar cuánto va a durar nuestra existencia” (PDT).
¿Por qué es importante para ti disfrutar cada día? Porque no sabes cuánto vas a vivir. No sabes si tienes la próxima semana o el próximo mes. Ni siquiera sabes si tienes mañana. Entonces, sea lo que sea que vayas a vivir, será mejor que lo hagas ahora.
Cuando mis hijos estaban creciendo, decidí que lo primero que quería que supieran sobre nuestra familia no era que éramos buenos o inteligentes o lo que sea. Quería que supieran que eran queridos y que nos divertíamos juntos. Creé todo tipo de cosas solo para divertirme.
Uno de ellos se llamaba “El mágico viaje misterioso de papá”. A los niños les encantó. Es una tradición sagrada en nuestra familia. ¡Ahora lo hago con los nietos! Cuando los niños estaban en preescolar o en la escuela primaria, los despertaba alrededor de la medianoche y les gritaba: “¡Fuera de la cama! ¡Es hora del mágico viaje misterioso de papá! Y se emocionaban porque sabían que eso significaba que no tenían que ir a la escuela y que estábamos a punto de hacer algo muy divertido, ya fuera conducir hasta un hotel con piscina o ir a una heladería.
Debes recordar esto: las personas no recuerdan lo que dices, pero recordarán cómo los hiciste sentir. Ese es un consejo importante para un jefe, un novio o novia, un padre o un esposo o esposa.
Mis hijos no recuerdan nada de lo que dije en los primeros años de sus vidas. Pero sí recuerdan cómo les hizo sentir papá. Recuerdan que nos divertimos mucho.
Las familias extraordinarias son divertidas.
“Por tanto, celebro la alegría, pues no hay para el hombre nada mejor en esta vida que comer, beber y divertirse, pues solo eso le queda de tanto afanarse en esta vida que Dios le ha dado” Eclesiastés 8:15 (NVI).
Reflexiona sobre esto:
¿Qué compromisos o distracciones impiden que tu familia se divierta junta?
¿Te enfocas más en lo que les dices a tus hijos o en cómo los haces sentir? ¿De qué maneras?
¿Qué harás hoy para ser más divertido con tu familia? ¿Qué planes harás para asegurarte de que tu familia se divierta junta?