Jesús perdonó todos nuestros pecados cuando murió en la cruz, y también pagó el precio de nuestra culpa. Cuando reconocemos o admitimos nuestro pecado ante Dios, contándole todo, negándonos a ocultar nuestro pecado, podemos recibir Su regalo de gracia. Confesarse es bueno para el alma; nos permite soltar las pesadas cargas causadas por los secretos culpables.
El sentimiento de culpa no siempre desaparece instantáneamente, pero podemos tomar a Dios en Su Palabra y decir: "Estoy perdonado, y la culpa ha sido quitada". Nuestros sentimientos eventualmente se pondrán al día con nuestras decisiones. Podemos vivir por la verdad en la Palabra de Dios y no de la manera en que nos sentimos.
Vv. 3—7. Es muy difícil llevar al hombre pecador a que acepte humildemente la misericordia gratuita, con la confesión total de sus pecados y la condena de sí mismo. Pero el único camino verdadero a la paz de conciencia es confesar nuestros pecados para que sean perdonados; declararlos para ser justificados. Aunque el arrepentimiento y la confesión no merecen el perdón de la transgresión, son necesarios para disfrutar realmente la misericordia que perdona. ¡Y qué lengua podría expresar la felicid... Ver Mas
Algunos de los versículos más preciosos en la Biblia fueron escritos cuando su autor estaba experimentando luchas, dolor, malestar o angustia. Desde una perspectiva terrenal, no siempre podemos distinguir entre lo que es un problema y lo que es una bendición; a veces, el problema resulta siendo una de las bendiciones más maravillosas de Dios en nuestra vida. Sin embargo, solemos pensar que si vivimos con rectitud en este mundo impío, no tendremos que enfrentar ninguna dificultad.David pudo escri... Ver Mas
PASAJE BIBLICO
Salmos 32
32:5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.