“El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes”. Romanos 8:11 (NTV)
Como creyentes, tenemos esperanza porque vamos a vivir para siempre. La muerte no es el fin. ¡Hay más en la historia!
Un día tu corazón dejará de latir y ese será el final de tu cuerpo. Pero no será tu fin. Fuiste creado a imagen de Dios. Fuiste hecho para durar para siempre. Esto no es todo lo que hay.
¿Por qué tenemos esperanza? Porque no importa lo mal que parezca en la tierra, es solo por un tiempo. Cuando tienes fe en Jesús, sabes que vas a pasar billones de años al otro lado de la eternidad sin más dolor, sin más tristeza, sin más enfermedad, sin más sufrimiento.
La Biblia dice en Romanos 8:11, “El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes” (NTV).
Como pastor, he estado junto a la tumba de cientos de familias y conozco la diferencia entre las personas con esperanza y las que no. Puedes verlo en sus ojos. He visto el terror en los ojos de personas sin esperanza. Están pensando: “Esto es todo lo que tengo. Se acabó. Nunca volveré a ver a esta persona. Se acabo. Eso es todo lo que hay en la vida”.
Lo comparo con los miles de personas que he visto en los funerales de un creyente. Saben que esto es solo un paso de transición. ¡Su ser querido está entrando en la vida real! Estarán con Dios por la eternidad. Hay dolor, por supuesto, pero también esperanza, porque saben que algún día se reunirán con su amado que siguió a Jesús. Para un creyente, la muerte no es salir de casa, es un regreso a casa.
¿Tienes esa esperanza sabiendo que pasarás la eternidad con Jesucristo? Si no es así, no te demores. Toma esa decisión hoy.
Reflexiona sobre esto:
La salvación en Jesucristo marca la diferencia en la eternidad. Pero ¿cómo afecta también la forma en que vives tu vida en la tierra?
¿De qué has sido liberado en esta vida debido a tu salvación?
¿Con quién puedes compartir hoy acerca de la esperanza que tienes a través de Cristo?
Cómo puedes estar seguro de tu eternidad.
Una vez que confías en Jesús, puedes estar absolutamente seguro de que pasarás la eternidad con Él. Si estás listo para dar ese paso, haz esta oración:
“Querido Jesús, me has prometido que, si creo en ti, todo lo que hice mal será perdonado, aprenderé el propósito de mi vida y algún día me aceptarás en tu hogar eterno en el Cielo. Confieso mi pecado y creo que tú eres Dios, mi Salvador. Te recibo en mi vida como mi Señor. Hoy, te entrego cada parte de mi vida. Quiero seguirte y hacer lo que me digas que haga.
Jesús, estoy agradecido por tu amor y tu sacrificio que me permite unirme a ti en el Cielo. Sé que no me lo merezco. Y te agradezco que no tengo que ganarme ni trabajar para mi salvación, porque sé que eso es imposible. Quiero usar el resto de mi vida para servirte en lugar de servirme a mí mismo. Humildemente te entrego mi vida y te pido que me salves y me aceptes en tu familia. En el nombre de Jesús oro. Amén”.