“Les digo la verdad, todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna. Nunca serán condenados por sus pecados, pues ya han pasado de la muerte a la vida”. Juan 5:24 (NTV)
¿Alguna vez has imaginado algo como esto? Es el día del juicio. Estás parado fuera de las puertas del Cielo en una fila realmente larga. Avanzas lentamente, un paso a la vez.
A medida que te acercas, empiezas a sudar y te preguntas: “¿será que voy a entrar? ¿será que lo voy a lograr? ¿será que Dios va a usar una pantalla de televisión gigante para mostrar todas las cosas estúpidas o malvadas que he hecho? ¿serán expuestos todos mis pecados?”.
Tengo buenas noticias para ti. La Biblia dice que los que creen en Jesús —en su muerte y resurrección— no serán condenados (Juan 3:18). Jesús te lo ha prometido.
En otras palabras, cuando llegues al Cielo, Jesús te saludará con los brazos abiertos. Él te dará la bienvenida a casa porque, como creyente, perteneces a la familia de Dios.
La muerte y resurrección de Jesús te liberan del juicio. ¿Es eso una buena noticia? ¡Oh sí!
Cuando mi amigo Buddy era niño, su maestra de escuela dominical le enseñó que Dios estaba sentado en el Cielo, escribiendo cada cosa mala que había hecho.
Ella hizo que la clase cantara una canción cada semana que decía: “Mi Señor está escribiendo todo el tiempo. Escribiendo, escribiendo, escribiendo todo el tiempo”.
Buddy dijo: “Me asustó. Solo pensé: ‘Nunca llegaré al Cielo’. Mi lista es cada vez más larga”.
¿Es así como Dios te trata cuando pones tu fe en Cristo? ¡No! De hecho, Dios está borrando, borrando, borrando todo el tiempo. Perdonando, perdonando, perdonando todo el tiempo. Está sentado en el Cielo, presionando el botón de “eliminar”.
¿Cómo sé esto? La Biblia dice: “Dios es amor” 1 Juan 4:8 (PDT), y el amor “El amor no lleva cuenta de las ofensas” 1 Corintios 13: 5 (PDT).
Si pones tu confianza en Jesucristo y su amor, tus pecados serán borrados. El juicio de Dios, ya no es algo que debas temer. Debido a la muerte y resurrección de Jesús, estás libre de juicio.
Reflexiona sobre esto:
¿Cómo cambian la muerte y resurrección de Cristo tu forma de ver el juicio de Dios?
Si Dios no lleva un registro de los errores, ¿por qué es importante tratar de hacer lo correcto?