“El problema está en que sus pecados los han separado de Dios. Por causa del pecado él ha escondido su rostro de ustedes y ya no quiere escucharlos”. Isaías 59:2 (NBV)
Hoy, muchas culturas no piensan que el pecado es feo. ¡De hecho, muchas personas piensan que el pecado es divertido!
Piensa en los medios, programas de televisión, los memes en las redes sociales y las películas que usan el pecado como algo gracioso.
Esa es la estrategia de Satanás: lograr que te rías de las mismas cosas que pusieron a Jesús en la cruz. Satanás disfraza el pecado para que se vea atractivo, deseable y divertido. Es muy raro que en los medios veas las consecuencias del pecado.
Si quieres saber cuán feo es realmente el pecado y el daño que ocasiona, mira a Jesús sangrando en la cruz. El sufrimiento de Jesús te muestra lo mucho que cuesta pagar por tus pecados. La cruz muestra el daño que hace el pecado.
¡El pecado tiene todo tipo de consecuencias en tu vida! Aquí hay solo tres de ellas.
El pecado te aísla de Dios. ¿Por qué? Porque Dios es Santo, y tú no lo eres. El pecado crea un conflicto y pone distancia entre tú y Dios. Isaías 59:2 dice, “El problema está en que sus pecados los han separado de Dios. Por causa del pecado él ha escondido su rostro de ustedes y ya no quiere escucharlos” (NBV). El pecado siempre deja distanciamiento a su paso, aún entre tú y Dios.
El pecado causa enormes cantidades de estrés en tu vida. Una de las más grandes fuentes de estrés es culpabilidad no reconocida y no resuelta. El Rey David dijo, “Mi culpa me abruma; es una carga demasiado pesada para soportar” Salmo 38:4 (NTV).
Aferrarse al pecado tiene un precio emocional. Cuando tú rompes las leyes de Dios, eso te lleva a la preocupación, temor, culpa e inseguridad. No experimentarías esto si siempre hicieras las cosas a la manera de Dios. Pero no lo haces y no puedes. Esta es la realidad del pecado.
El pecado te condena. Cuando violentas las leyes de Dios, siempre hay una penalidad —en ambas, auto condenación y juicio de un Dios justo. Salmos 7:11 dice, “Dios es un juez justo, un Dios que en todo tiempo manifiesta su enojo” (NVI).
Quizás pienses que tu mayor problema es un conflicto en una relación, un problema de salud, o problemas para encontrar un trabajo. Pero la realidad es, que tu mayor problema es que estás en guerra con Dios.
¡Por eso es por lo que estás tan frustrado! ¡Por eso estás estresado! No fuiste creado para vivir fuera de armonía con tu Creador, quien te ama. Él te hizo, y envió a su Hijo a morir por ti. Él quiere estar en armonía contigo.
Arrepiéntete de tus pecados hoy —y cada día— para que puedas estar en paz con Dios siempre.