Sea un nutridor, un sanador, un animador. - Proverbios 16:24-0
Estudio Biblico
Cuando le dices algo amable a un amigo, le das un cumplido a un compañero de trabajo, le dices a tu cónyuge que lo amas o animas a un vecino, puede parecer algo simple, no es gran cosa, pero esas palabras tienen un poder increíble. Proverbios 16:24 dice: "Las palabras amables son como la miel: dulces para el alma y sanas para el cuerpo". Puedes hacer que alguien sea más saludable hablando palabras amables. Solo un simple cumplido como, "Te ves hermosa hoy. Lo hiciste muy bien en esa presentación", nutre su alma. Cuando le dices a tu cónyuge: "Te amo. Tengo la suerte de tenerte en mi vida", eso no solo hará que su relación sea más fuerte, sino que hará que tu cónyuge se sienta más seguro y confiado. Cuando llamas a un amigo que está deprimido y le dices: "Estoy pensando en ti. Me preocupo por ti".
No pierdas oportunidades de llevar alimento. Las personas que te rodean necesitan lo que tienes. Tus amables palabras pueden ser lo que los empuje hacia su destino. Tus elogios y aliento los hacen más sanos y fuertes. Así es como van a convertirse en todo aquello para lo que fueron creados. Si no te criaron en una familia que hablaba palabras amables y cariñosas, puedes ser tú quien lo inicie. Sin vuestro alimento, la vida será más difícil para vuestra familia, para vuestros hijos. La razón por la que algunas personas no prosperan es que nunca escuchan cumplidos ni palabras de aliento. Pero Dios nos creó para necesitarnos unos a otros. Tienes algo que hará que tu cónyuge florezca, que tus hijos florezcan, que tu ser querido se sienta más seguro. No es su dinero, su arduo trabajo o sus logros; son tus amables palabras.
No dejes pasar un día en que no digas algo amable a las personas que Dios puso en tu vida. No es suficiente solo pensarlo; tus pensamientos no alimentan a nadie. Una bendición no es una bendición hasta que se habla. Necesitan escuchar, "Te amo. Estoy orgulloso de ti. Eres hermosa. Vas a hacer grandes cosas". Acostúmbrate a decir palabras amables que lleguen a su espíritu y traigan un nuevo nivel de confianza, talento y audacia. Hoy en día hay tantas voces que dicen cosas duras, son groseras y degradantes, tratando de empujar a la gente hacia abajo. Tenemos que ser igual de audaces y decir lo que pensamos de una manera positiva. Dios cuenta con nosotros para que seamos sanadores, que seamos levantadores, que seamos animadores. Haz que sea tu negocio nutrir las almas de las personas, traer sanidad y plenitud.
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