En muchos países actualmente se prohíbe que los niños reciban una disciplina punitiva, que es aquella que involucra un castigo y en muchas corrientes y teorías de la psicología se cuestiona la efectividad de la misma, y los argumentos parecen buenos, agradables y convincentes. Y como padres jóvenes cristianos luchamos con eso, porque lo que dice el mundo es viral y popular, por lo tanto, socialmente aceptado.
Sin embargo, si profundizamos en el tema, podemos encontrar que estas leyes se diseñan para aquellos padres que aplican maltrato físico en su máxima expresión hacia los menores que están bajo su cuidado, como puños, quemaduras, cachetadas, patadas, uso de cualquier instrumento como una cadena, un cable, una piedra, la parrilla de la estufa caliente, entre otras, que son totalmente alejadas de la disciplina bíblica para la crianza. Cuando encontramos textos como Proverbios 13:24 El que escatima la vara odia a su hijo, mas el que lo ama lo disciplina con diligencia, encontramos disciplina por y con amor, y hay pautas muy especificas para hacerlo, siguiendo al mejor modelo de todos, al padre celestial.
Te voy a entregar 3 recomendaciones para aplicar una disciplina bíblica.
1.Busca una varita, no apliques disciplina con cualquier cosa ni en cualquier parte del cuerpo, la cola es una zona apropiada para este momento.
2.¿Qué tal si cada vez que desobedecemos a Dios , el actuara con ira en vez de disciplina hacia nosotros? ¿podríamos sobrevivir a eso? La respuesta es NO.
Hazlo sin ira (sin gritos, sin forcejeos, ni calificativos o insultos) y siempre en privado, si estas muy ofuscado envíalo a la habitación y hazlo esperar 5 minutos mientras se calma el furor y se domina la ira, explícale por qué va a ser disciplinado ejemplo, vas a recibir un varazo porque desobedeciste “tal instrucción” y adicional le faltaste al respeto a “fulano”.
3.Se consistente y predecible, ten límites específicos, y cuando el niño los sobrepase debe haber disciplina.
Y por último ¿debo utilizar esa disciplina? La respuesta como a todos los principios bíblicos, es voluntaria, sea que diga un SI o un NO, tendrá consecuencias y resultados a futuro, pero si aun tiene dudas en utilizarla creo oportuno decirle que esta instrucción se encuentra consignada en los escritos de Salomón el hombre más sabio inspirado por el dueño absoluto de la sabiduría, eso debería ser suficiente para que la apliquemos de inmediato en nuestros hogares.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.