“Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme”. Jeremías 29:13 (NTV)
Darle a alguien tu atención es el mejor regalo porque tu tiempo es tu vida.
Cuando volteas la cara hacia alguien y enfocas tus ojos en ellos, les hace sentir que realmente te preocupas y estás interesado en lo que tienen que decir.
Puedes hacer esto con Dios: puedes volver tu rostro hacia Él en oración. ¡Solo mira hacia arriba! Demuéstrale que lo estás mirando y que estás listo para hablar. Aunque es una buena manera de orar, no hay nada en la Biblia que diga que debes cerrar los ojos o inclinar la cabeza. Cuando cierro los ojos y pienso, me voy a dormir. Me gusta orar en voz alta a Dios y mirar hacia arriba, porque me recuerda físicamente que estoy reenfocando mi atención.
Daniel hizo esto cuando necesitó la ayuda y la sabiduría de Dios: “Así que dirigí mis ruegos al Señor Dios, en oración y ayuno” Daniel 9:3 (NTV). Después de escuchar a Dios a través de su Palabra, el segundo paso de la oración es buscarlo.
Dios hace muchas promesas en la Biblia para quienes lo buscan.
“¡Vuelvan a buscarme y vivan!” Amós 5:4 (NTV). A medida que busques a Dios de manera persistente, comenzarás a aprender a vivir de verdad.
“Amo a todos los que me aman. Los que me buscan, me encontrarán” Proverbios 8:17 (NTV). Si tienes problemas para encontrar a Dios, asegúrate de buscarlo con los motivos correctos: querer conocerlo y no solo obtener algo de Él.
“Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme” Jeremías 29:13 (NTV). Vas a encontrar a Dios cuando realmente quieras conocerlo, no solo en tu tiempo libre.
“Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad” Hebreos 11:6 (NTV). ¿Te gustaría que Dios recompensara tu negocio, tus finanzas, tus relaciones y tu futuro? Entonces búscalo.
“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten” Lucas 12:31 (NTV).
Cuando buscas a Dios primero, no tienes que preocuparte por todas las otras cosas que el mundo dice que deben estresarte. Dale tu atención. Vuelve tu rostro hacia Él y demuéstrale que quieres darle el primer lugar en tu vida.
Reflexiona sobre esto:
Si tuvieras que planificar este año para que parezca el año perfecto para ti, con todos los cambios que deseas que sucedan en tu vida, ¿cómo sería?