Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.
Cuando se trata de la sanidad que Dios da, todas las experiencias son diferentes. Cada uno de nosotros está hecho de manera particular, y aunque nuestras circunstancias puedan parecerse, lo que funciona para alguien puede no funcionar en todos los casos para otros. Tenemos diferentes experiencias, deseos, obstáculos y heridas emocionales. Sin embargo, el Señor nos proporciona recursos que son iguales para todos.
Piense en la oración y la lectura de la Biblia que nos ayudan a conocer más al Padre celestial y su amor (Sal 119.104-106). La adoración es otra herramienta poderosa que refuerza la conciencia de que no estamos solos, pues pertenecemos al Cuerpo de Cristo, su Iglesia (1 Co 12.27; Col 3.16). Incluso el compañerismo durante una buena comida es una manera en la que Dios ofrece restauración para nuestra alma (Sal 104.14-17).
Esta semana, preste atención a lo que su cuerpo y su alma le estén pidiendo. Luego ore para que Dios le proporcione lo que le falta.
PIENSE EN ESTO
¿Qué necesita ser reparado en su vida? Pídale a Dios que dirija su camino hacia las herramientas adecuadas para su sanidad interior, y que le dé la fuerza y la valentía para utilizarlas.