Todos estamos esperando algo: que un sueño se haga realidad, conocer a la persona adecuada, que nuestra salud mejore. Cuando ha pasado mucho tiempo, es fácil desanimarse y pensar que nunca va a funcionar. Pero Dios dice: "Cuando sea el momento adecuado, yo, el Señor, haré que suceda" (Isaías 60:22). Cuando Dios puso la promesa en tu corazón, Él ya programó tu sanidad, tu avance, tu promoción. Ha determinado el momento adecuado para hacerlo realidad. Hay momentos adecuados en su futuro donde las cosas encajarán. Cuando entiendas que ya está programado por el Creador del universo, no vivirás preocupado y frustrado. Te quedarás en paz, sabiendo que llega tu momento adecuado.
El momento adecuado es el mejor momento. Dios puede ver el panorama completo. Él sabe no solo cuándo estás listo, sino cuándo otras personas están listas. Mientras espera, puede parecer que nada está pasando, pero detrás de escena, Dios está trabajando. Está quitando de en medio a las personas equivocadas, alineando el favor, organizando los descansos que necesitas. Es importante no solo confiar en Dios, sino también confiar en Su tiempo. Los pensamientos te dirán: "Nunca va a suceder", pero cuando llegas a tu momento adecuado, todas las fuerzas de la oscuridad no pueden detener lo que Dios ha planeado. En el momento adecuado, llegará tu sanación, aparecerá la persona de tus sueños, tu negocio despegará.
Dios dice: "Yo, el Señor, haré que suceda". La belleza es que no tienes que hacer que suceda. No tienes que manipular las cosas, forzar una puerta para que se abra, hacerte mejorar. Dios va a hacer que suceda. Es posible que tenga obstáculos que son demasiado grandes para usted, pero no está solo. En el momento adecuado, Dios abrirá las puertas, hará que tengas éxito, cambie a su hijo.
Puede que no veas cómo puede suceder esto, pero Dios es sobrenatural. Él no está limitado por lo que nos limita. Él va a hacer que sucedan cosas que tú nunca podrías hacer que sucedieran. Ahora aquí hay una clave: si hay un momento adecuado, eso significa que cualquier otro momento es el momento equivocado. Se necesita fe y paciencia para ver las promesas. Dios sabe lo que está haciendo. Si no ha sucedido todavía, no ha sido el momento adecuado. Tienes que confiar en Él. Su hora correcta ya está en el horario. En el proceso de espera, Dios está obrando en ti, haciéndote más fuerte, desarrollando tu carácter. Lo que Dios va a hacer va a ser más grande, mejor y más satisfactorio de lo que puedas imaginar.