10 Dios dijo:
«Ustedes, los que aman a Jerusalén,y han llorado con ella, alégrense ahora y únanse a su alegría.
11 »Así Jerusalén, como una madre, les dará un alimento delicioso, y los dejará satisfechos.
12 Yo soy el único Dios; yo haré que la paz y las riquezas de las naciones lleguen hasta Jerusalén como un río desbordado. »Jerusalén los llevará en sus brazos ,los alimentará y les mostrará su cariño.
13 »Yo, por mi parte, los consolaré a ustedes, como una madre consuela a su hijo.
Así ustedes recibirán consuelo en la ciudad de Jerusalén».
La biblia esta llena de analogías, sin duda esta es una de las mas tiernas y dicientes, los seres humanos tenemos un amor mas especial por nuestras madres que hacia cualquier otro ser humano, independiente de la forma de ser, formación académica, apariencia física y demás características que componen a una persona.
El amor hacia mamá, es un amor especial, expresado por hijos e hijas de diversas maneras, y es que es la persona más idónea para proveer consuelo, animo y darnos el empujón que necesitamos en momentos críticos para pararnos nuevamente y continuar, y no lo hace únicamente con palabras, el olor de sus manos, el calor de su abrazo, el sabor de sus comidas, y las diversas formas que encuentra para amarnos, es precisamente eso lo que hace de esta una relación especial, la de la madre con sus hijos, y es que después de Dios, es la persona que mas puede conocer a otro ser humano, en este caso sus hijos, la crianza provee un escenario perfecto para conocerse mutuamente, mamá conoce los gestos, el tipo de llanto y los gustos desde antes de que pronunciase palabras, todo ello sucede en el regazo del seno materno.
Cuando se es tan solo un bebé, mamá lee de manera especial los gestos y señales que intenta comunicar su pequeño hijo, cuando empieza a crecer es mamá la que identifica los gustos y sueños que se instalan en el corazón de cada hijo, por medio de sus juegos y pasatiempos, de niños cuando nos tropezamos , cuando nos perdímos en el supermercado, cuando nos agredían en la escuela, cuando nos iban a hospitalizar o cuando estábamos en una situación donde nos sentíamos vulnerables, podíamos gritar con confianza : Mamáaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
No es una casualidad que Dios se provea de esta comparación para que entendamos que el consuelo que en Él podemos encontrar es mejor y superior al de una madre, y eso ya nos da una gran idea de lo que nos espera.
Es común ver madres cargando a sus hijos dormidos por largos periodos de tiempo, aun cuando ya superan los 5 años y son grandes y pesados, o llorar de satisfacción cuando están en un recital de preescolar o en la graduación de la universidad, ahora imagínate que no haría Dios para tu bienestar, podemos sentir cuando Dios celebra nuestros triunfos y también su consuelo en momentos de dolor, cuando decidimos conocerle. Mamá lleva en su vientre al bebé y otras son madres adoptivas que pueden llegar a amar con la misma fuerza, sin embargo ninguna puede amar más que Dios, fue Él quien instaló a ese bebé en ese vientre, lo formó cuidadosamente y escogió todas sus características, con toda seguridad solo Él nos conoce a plenitud, por eso su palabra nos invita a deleitarnos en Él y el se encargará de conceder nuestros anhelos mas profundos, privados y secretos, no podemos estar toda la vida con mamá, hay momentos donde debemos empezar a tomar nuestras propias decisiones y armarnos de valor porque no hay tiempo para llamarla o ella simplemente ya no está, pero Dios es eterno y estará con seguridad hasta nuestro último respirar, Dios siempre esta a una oración de distancia, no podemos endiosar la figura materna, el mejor consejo, consuelo, valor, y afirmación lo podemos encontrar en el regazo de nuestro creador.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz