Es fácil quedarse estancado en la vida y pensar que hemos llegado tan lejos como podemos, o que no podemos romper una adicción o mejorar. Lo que nos detiene muchas veces es nuestro propio pensamiento. Jesús dice: “Nadie echa vino nuevo en odres viejos” (Marcos 2:22). Cuando un odre envejece, el cuero se endurece. Si le pones vino nuevo, el vino se expande y lo revienta. Jesús está diciendo: “No puedes tener una vida nueva con un pensamiento antiguo”. Si crees que has llegado a tus límites, entonces lo has hecho. Si crees que el problema es demasiado grande, entonces lo es. No es que Dios no tenga bendiciones, favor y aumento. Es que tienes que tener una nueva mentalidad.
No estás limitado por tus circunstancias, por tu jefe, por cómo te criaron. Un toque del favor de Dios te catapultará adelante. Dios convirtió a David, un pastorcillo, en rey. Les dio un bebé a Abraham y Sara cuando tenían casi cien años. Nos dio el Compaq Center cuando todas las probabilidades estaban en nuestra contra. Él tiene cosas en tu futuro que te sorprenderán. El apóstol Pablo dice: “Para mostrar en los siglos venideros la incomparable grandeza del favor de Dios” (Efesios 2:7). Dios tiene un “favor más allá” para ti. Pero, ¿el pensamiento limitado impide que Dios derrame la plenitud de lo que tiene para ti?
En Hechos 3, un hombre que había sido lisiado desde su nacimiento mendigaba dinero todos los días en la puerta del templo. De vez en cuando, alguien tiraba unas cuantas monedas en su copa extendida, y así fue como sobrevivió. Estaba atrapado en una mentalidad negativa debido a sus circunstancias, sin esperar que nada cambiara, hasta que Peter y John se detuvieron y lo miraron. El hombre esperaba algunas monedas, pero Pedro dijo: “No tengo plata ni oro, pero… en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” (Hechos 3:6). Él estaba diciendo: “Deja tu copa porque lo que Dios está por hacer no va a caber en esa copa”. Nadie jamás había hablado fe sobre él y le había dicho que podía caminar. Entonces Pedro lo levantó, y al instante fue sanado.
Es significativo que tuvo que dejar su copa antes de poder recibir su milagro. Su mentalidad esperaba unas pocas monedas, pero Dios tenía un nuevo par de piernas para él que significaba que nunca más tendría que usar esa taza. ¿Ves cómo Dios quiere mostrarte su más allá de su favor? Dios está diciendo: “Deshazte de tu copa. Tener una nueva mentalidad. Comienza a creer más grande, a soñar más grande, a esperar más grande. Las bendiciones que tengo para ti no pueden estar contenidas en una copa”.