Gálatas 2:12-13
Aquí Pablo menciona algunos acontecimientos registrados en Hechos 11 y 15. Pablo no está relatándoles a los gálatas un mero episodio, más bien se trata de una conducta reprochable por parte del apóstol Pedro. Mediante este ejemplo Pablo, bajo la guía del Espíritu Santo, sólo quiere instruirles en la verdad. La conducta ambivalente de Pedro, no sólo revelaba su hipocresía, sino un desconocimiento, de que bajo la Gracia del nuevo pacto, él estaba libre de la Ley.
La semilla del error y pecado de Pedro se había sembrado en la región de Galacia, por lo cual era necesario cortar este mal de raíz. El versículo 11 dice que “cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.” Esto fue de inmediato de parte de Pablo. ¿Por qué no le habló y reprendió a solas, sin que nadie más se enterase? Esto haríamos hoy, ¿verdad? De alguna manera se ha perdido el celo por la pureza y verdad del evangelio. Esto no significa andar como espías buscando en qué podemos acusar al hermano. ¡No amadas! Debemos entender siempre que la verdad y la misericordia van juntas, nunca por separado. Es que muchos cristianos prefieren “ver y dejar” al hermano en su andar desobediente.
Otros, tememos la reacción de los demás. Y algunos, cuando un hermano u hermana que ama al Señor, marca una conducta incorrecta, reaccionan mal, defendiéndose, porque se sienten atacados, se vuelven indiferentes y buscan excusas para seguir en el error. Oh, que Dios nos de corazones humildes y sencillos para aceptar la corrección de otro, cuando esta tiene su fundamento en la verdad de las Escrituras. Y que también, podamos, al igual que Pablo, hablar cara a cara, con amor hacia Dios y hacia el hermano.
Es necesario vivir de acuerdo a lo que dice en la Palabra de Dios: “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguien le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte su alma, y cubrirá una multitud de pecados” (Santiago 5:19,20). Pedro en su conducta había arrastrado a otros, creando confusión y promoviendo el engaño. Porque hermanos le habían visto obrar de una forma y ahora lo hacía de otra. Tengamos cuidado con esto, amada, no apartarnos de la Gracia de Cristo. Su Palabra ministre tu corazón.