Gálatas 2: 4-5
Pablo era un hombre que conocía muy bien las leyes judías. Él las vivió y las defendió pero un día Dios cambió su corazón, porque el Señor había preparado de antemano que Pablo llegara a creer en el evangelio, lo llamó a su Gracia a predicar acerca de la verdad a los gentiles. Porque así nos has mandado el Señor, diciendo: “Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra” Hechos 13:47 Estaban con él en esta milicia Bernabé, un hombre dedicado y honesto, el primero que creyó en la conversón de Pablo, y Tito, un gentil que vino a tener fe en Cristo al ver la obra evangelizadora que se hacía. Pablo fue a Jerusalén guiado por el Espíritu Santo a presentar el evangelio que se daba a los gentiles “… he pasado predicando el reino de Dios… acerca del arrepentimiento para con Dios, Y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”. Y esto fue dado en privado para algunos líderes entendidos aceptando el mensaje por la gracia de Dios.
El Espíritu Santo obrando con Pablo y el resto acerca de la verdadera predicación (1 Tes2:4). La evidencia fue dada inmediatamente porque no obligaron a Tito a que fuera circuncidado ni él se sintió obligado a hacerlo. ¿Pero qué estaba pasando? Había falsos hermanos que enseñaban seguir la Ley de Moisés y que si no se circuncidaban no serían salvos. Estos eran espías de la secta de los fariseos, no convertidos a la verdad. Pablo dice en 2 Cor.11:13 “Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos que se disfrazan como apóstoles de Cristo”. Ellos no querían la libertad que Jesús ofrece, no querían ser libres de la ley, querían destruir la obra de Dios. ¿Cuál es la libertad que tenemos en Cristo Jesús? La salvación no depende de nosotras o de nuestras buenas obras, sino de la obra de Cristo.
Si tuviéramos que ser circuncidados o seguir la ley o hacer buenas obras eso sería algo que nos esclavizaría. No menospreciemos al Cristo de la cruz, esto solo muestra falta de fe. Defendamos el evangelio y no dar cabida a falsas doctrinas porque con ello estaríamos ofendiendo a Dios. “ Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y eso hago por causa del evangelio, para hacerme coparticipe de él” 1 Cor.9:22-23