Deuteronomio 8: 10-11, NVI
Cuando hayas comido y estés satisfecho, alaba al SEÑOR tu Dios por la buena tierra que te ha dado. Cuídate de no olvidar al SEÑOR tu Dios ...
En Deuteronomio 8, después de prometerles a los israelitas que los llevaría a la Tierra Prometida, una tierra llena de abundancia, favor y bendición, Dios les advirtió que no olvidaran que Él era la fuente. Dios estaba diciendo: "Cuando obtengas ese ascenso, cuando tu salud cambie, cuando tengas esa casa que me pediste, nunca olvides que fue Mi bondad. Siempre tómate el tiempo para agradecerme por lo que he hecho."
En alguna área de nuestra vida, todos estamos en la Tierra Prometida. Dios ha hecho algo asombroso. Sabemos que tenemos su favor. El problema de olvidar que vino de Él es que Dios no compartirá Su gloria.
Si no estás agradecido, si no reconoces Su bondad, el mismo Dios que abrió la puerta puede cerrarla. La falta de gratitud es lo que hace que las bendiciones no duren. Cada mañana, cuando te despiertes, lo primero que debes decir es: "Señor, gracias por tu bondad".