Salomón se encontraba alejado de Dios, podemos ver los argumentos humanos, filosofías, ciencia, insensatez, sabiduría del hombre. Las cosas terrenales no traen felicidad si se está lejos de nuestro Salvador. Él edifico grandes arquitecturas, no solo el templo de Dios, sino su propio hogar y en el doble de tiempo, salones exclusivos para su harén (1 Reyes 6,7), invirtiendo así mucho dinero, y tiempo. Pero nada de ello tuvo provecho, ahora se encontraba sin propósito alguno, sin dirección, frustrado y desesperanzado (Ecl. 2:20). Se dio cuenta casi al final de sus días que todo era vanidad, una palabra que se encuentra de continuo en el libro, la cual nos hace ver lo temporal de la vida y que ningún logro humano lo llevaría más allá, sino que otro lo aprovecharía.
Salomón probó todo, ciencia, filosofía, tuvo posesiones, lujos pero nada de esto lleno su corazón. El materialismo con el que se vive no vale la pena si nuestra vida se encuentra lejos de Dios, porque solo con Él podemos hallar sentido a la vida, y lo que hacemos puede ser para su Gloria, no para nuestros propios deleites, sino con el propósito que Él desea y lo que necesita moldear en nuestra vida. Cuanta gente podemos conocer hoy; hace cosas para satisfacer sus vidas, alejados de Dios. Vidas corrompidas, aun sabiendo que todos moriremos dejando nuestras cosas para otros. ¿De qué aprovechará lo que hacemos sin un propósito?, y que terminará con otro que nunca trabajo en ello (Ecl.2:21). Todo es pérdida de tiempo, ¿qué caso tiene preocuparse cada noche por el mañana (Mateo 6:34)?
Querida hermana, a veces nos desesperanzamos con los afanes del mundo. Hoy antes que a ti, Dios me mostró cosas que tengo que cambiar; porque todo lo que podamos tener o hacer en esta tierra es una pérdida de tiempo. Si viene el Señor hoy, ¿cómo nos encontraría? Es mejor que nos encuentre haciendo su obra, que afanadas en las cosas terrenales que otros aprovecharán. Trabajemos juntas para Él y hagamos que nuestra vida resplandezca con la luz de Jesús, eso sí tiene ganancia, eso tiene eternidad y valor.
Le preguntaron a uno de los hombres más ricos del mundo que si pudiera hacer una sola cosa, cual sería. Él contestó: “dormir toda la noche”. Meditaba en esto, y veo que sus días son de dolor, trabajo y su corazón no reposa de noche (Ecl. 2:23). Él no puede vivir tranquilo tal vez pensando en cómo será el siguiente día, que no encuentra la paz que sobrepasa todo entendimiento y es porque le falta lo más importante; Nuestro Salvador.