“Ustedes dicen: ‘Se me permite hacer cualquier cosa’, pero no todo les conviene. Dicen: ‘Se me permite hacer cualquier cosa’, pero no todo trae beneficio”. 1 Corintios 10:23 (NTV)
Tomas muchas decisiones cada día. La mayoría ni siquiera necesitas pensar en ellas —como decidir cepillarte los dientes en la mañana o poner gasolina cuando el tanque de tu carro está casi vacío. Otras son asuntos sobre lo correcto y lo incorrecto, donde puedes confiar en la sabiduría de la Biblia y tu conciencia. Algunas veces, de hecho, tienes que decidir entre una buena opción y una mejor opción. En situaciones como esta, usa el ‘Examen de la Optimización’.
El ‘Examen de la Optimización’ pregunta: ¿Esto me hará una mejor persona? La Biblia habla sobre esto: “Ustedes dicen: ‘Se me permite hacer cualquier cosa’, pero no todo les conviene. Dicen: ‘Se me permite hacer cualquier cosa’, pero no todo trae beneficio” 1 Corintios 10:23 (NTV). Nota en esos versículos la libertad que tienes. Pero como cristiano, aunque puedes hacer algo, posiblemente no sea beneficioso para ti; no todo te edifica.
Algunas cosas no son necesariamente malas —sólo que no son necesarias. No son lo mejor.
La mayoría de las decisiones que tomas en la vida no están entre lo bueno y lo malo. Tú no te levantas por la mañana y preguntas, “¿Debería leer mi Biblia, o cometer un crimen?” Tú necesitas tener un estándar más alto que solo lo bueno o lo malo. Necesitas utilizar el ‘Examen de la Optimización’ y preguntarte que te hará una mejor persona.
¿Sabes más sobre los personajes de la televisión que sobre las personas de la Biblia —o que las personas en tu propia familia? Quizás pasas horas leyendo libros o revistas que te llenan la mente con cosas que no son importantes. O pasas tus fines de semana sentado en el sofá viendo los deportes. En el mundo de hoy, muchas personas pasan horas mirando sus teléfonos. ¿Son estas cosas siempre malas? No. ¿Son en la mayoría una pérdida de tiempo? ¡Absolutamente! ¿Te harán una mejor persona? ¡Absolutamente no! Así que, la realidad es que, muchas personas están invirtiendo sus vidas en causas de segunda clase. Pero tú no tienes que hacerlo.
Así que mientras tomas decisiones cada día, no preguntes: ¿Hay algo malo con esto? En vez de eso, pregunta: ¿Esto me está convirtiendo en una mejor persona? No sólo te dejes llevar, llenando tu vida de cosas que no son lo mejor. En vez de eso, toma las cosas en las que inviertes tu vida y llévalas delante de la Palabra de Dios para ver si son lo mejor.
Reflexiona sobre esto
Piensa en un tiempo en el que tuviste que escoger entre lo “bueno” y lo “mejor”. ¿Qué decisiones tomaste? ¿Cuáles fueron los resultados?