Estudio Biblico
“Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”. Salmo 119:105 (NVI)
No hay duda al respecto. Hoy nos enfrentamos a más decisiones que nunca. Vivimos en una cultura de opción múltiple. Y las decisiones son significativas. A veces, incluso las pequeñas decisiones son como las bisagras que permiten que una puerta gigante se balancee: parecen tan pequeñas, pero pueden cambiar completamente la dirección de tu vida.
Cuando estaba en la universidad, decidí en el último minuto ir a una reunión. Llegué tarde y me senté en la fila de atrás. La única otra persona en esa fila era una mujer llamada Kay. Después de la reunión, la invité a salir. Y ocho días después estábamos comprometidos. Una decisión aparentemente insignificante dio forma a la dirección de toda mi vida.
Como las decisiones importan tanto, debemos ser sabios en cómo las tomamos. El libro de Proverbios dice: “Clama por inteligencia y pide entendimiento… Entonces comprenderás lo que significa temer al Señor y obtendrás conocimiento de Dios” Proverbios 2:3-5,9 (NTV).
¿Cómo escuchas a Dios cuando tomas una decisión? Mira su Palabra. Me gusta llamar a esto el ‘Examen de lo ideal’. ¿Sus decisiones y acciones se alinean con la voluntad de Dios? ¿Están en armonía con la Palabra de Dios?
Tienes dos opciones sobre quién será tu máxima autoridad: el mundo o la Palabra de Dios, lo que otras personas dicen o lo que Dios dice.
Si basas tus decisiones en la opinión popular actual, siempre estarás en terreno inestable porque la cultura cambia todos los días. Por otro lado, si basas tus decisiones en la Palabra de Dios, tendrás una base sólida porque su verdad nunca cambia.
Recientemente subí al ático de nuestra casa. La luz del ático se había apagado. Estaba caminando en la oscuridad y seguía golpeándome la cabeza. “Necesito una linterna”, pensé. A veces, cuando tomas una decisión, puedes sentir que te estás tropezando en la oscuridad. Afortunadamente, Dios te ha dado una linterna: la Biblia. La clave para tomar decisiones sabias es escuchar a Dios.
El Salmo 119:105 dice: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero” (NVI).
Y cuando la luz de la Palabra de Dios aclara tu elección, simplemente obedece, incluso si no comprendes. No entiendo la electricidad, pero eso no me impide encender las luces y mirar mi televisión. No entiendo la física de la combustión interna, pero sigo conduciendo un automóvil. No necesitas entender por qué Dios dice lo que hace en la Biblia para beneficiarse de ello. Solo necesitas obedecer sus instrucciones y seguir sus principios. Él da sus instrucciones para tu beneficio, y serás bendecido como resultado de seguirlas.
Reflexiona sobre esto
¿Qué decisión aparentemente insignificante en tu vida terminó siendo como una pequeña bisagra que abrió una puerta gigante?