“El hombre deja a su padre ya su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza.” Génesis 2.24-25 (NVI)
“El compromiso es lo que convierte una promesa en una realidad”. Abraham Lincoln.
Para que un matrimonio sea longevo y estable debe cumplirse lo que se prometió en el altar ¿lo recuerda? Se hace el ejercicio de escribirlo porque con el paso del tiempo y la llegada de las dificultades esto nos da una dosis de motivación para continuar. Es pertinente hacer la diferencia entre la persona que se casa por obligación y la que lo hace por amor.
La que lo hace por obligación o por motivaciones equivocadas, ante cualquier dificultad busca abandonar el barco de la relación, por el contrario sucede con aquella que se compromete en matrimonio por amor, busca a toda costa salvar la relación y hacer los ajustes necesarios con altas dosis de humildad.
Al comprometernos en matrimonio no estamos jugando a “ si funciona ,continuamos” o “ vamos a ver como nos va”. Ciertamente solamente en la convivencia del primer año conocemos aspectos de nuestro cónyuge que eran desconocidos, porque en el noviazgo el panorama es diferente y las crisis tienen otro tinte, sin embargo en los años venideros seguiremos encontrando actitudes que desconocíamos de nuestro cónyuge , porque la vida es impredecible, pero ello no nos debe hacer desistir de nuestro compromiso , todos estamos expuestos a cometer errores y aprender de ellos para no repetirlos, y nuestro cónyuge es el oasis que deseamos encontrar en momentos desérticos, como, un despido laboral injustificado, enfermedad de los padres o hijos, un asalto, entre muchos más. (Lógicamente hay límites para las equivocaciones personales y afectan el curso del compromiso , como la violencia intrafamiliar y el abuso, más que la voluntad de los cónyuges es la intervención del Señor Jesús quien puede restaurar estos casos).
Cumplir un compromiso define la madurez de una persona, así como también define cuánto ama a su pareja; el tamaño de su cumplimiento es el tamaño de su amor. El amor verdadero no se define por lo que siento (las emociones), es definido por los actos y acciones cotidianas. Ahora, en el camino a cumplir un compromiso, la pareja es formada en madurez, en fortaleza, en lealtad y en integridad, logrando crecer y amar más.
El compromiso tiene tres aspectos fundamentales, es un valor por lo tanto hay que construirlo y ejercitarlo, no es negociable y es mutuo, es decir involucra a los dos para que sea funcional. Comprometerse no entiende de fracasos ni de deseos de rendirse, es saber que por muchos obstáculos que surjan, un compromiso tiene la fuerza de superarlos todos.
Sé que cuando se hace la promesa en el altar, no se tiene conciencia total de lo que se está diciendo y que, además, se está muy enamorado. Al pasar el tiempo y mirar lo que realmente significa cumplir esa promesa, podemos caer en razón y pensar “¡vaya en qué me metí, esto no será fácil!”, pero es en ese momento donde construimos el verdadero compromiso en nosotros, buscamos la ayuda de Dios para que nos dé el valor, los recursos y la decisión de persistir, y es ahí donde luchamos por permanecer al decir: “no sé cómo, pero decido cumplir mis promesas, voy para adelante hasta el final, hasta que la muerte nos separe”.
Sharon S.