Salmo 72.12-14
En tiempos difíciles o de desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, estamos llamados a ser misericordiosos. La verdadera compasión trata de comprender el dolor de las personas, pero también de proveer ayuda práctica. Entonces, ¿Cómo podemos expresar interés y preocupación por los demás?
Primero, recuerde que tenemos el maravilloso privilegio de la oración en cualquier momento y lugar. Tan pronto como reciba la noticia de una tragedia, ore por las víctimas, los rescatistas y las personas involucradas. Deje que el Espíritu Santo le guíe para pedir al Señor protección, provisión, consuelo, conciencia de su presencia y todo lo que sea necesario (Ro 8.26).
Segundo, el trabajo y los donativos de dinero, alimentos, ropa o artículos para el hogar suelen ser de alta prioridad. Por tanto, dar tiempo y recursos es útil. También puede expresar compasión con palabras de consuelo, un abrazo cálido o un oído atento. A través de esta clase de amor, el mundo reconocerá la verdadera Luz: Jesucristo, quien trae buenas nuevas, venda a los quebrantados de corazón y consuela a los enlutados (Is 61.1, 2).
Debemos prestar atención a las necesidades que nos rodean con el amor de Cristo. Pídale al Espíritu Santo que le indique maneras de orar por quienes están a su alrededor.