Proverbios 25:11 “Manzanas de oro con figuras de plata es la palabra como conviene”
Al meditar sobre este pasaje veo la importancia que es usar palabras adecuadas, ya sea para exhortar, corregir, dar un consejo o simplemente hablar con propiedad.Debemos tener cuidado de no dejarnos llevar por las emociones. A veces nos expresamos muy mal cuando estamos molestos, cuando no salen las cosas como nosotros queremos, y decimos cosas que nunca debimos decir. Tomemos en cuanta lo que dice Santiago 3:2: “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto capaz también de refrenar todo el cuerpo.” Nuestra conducta va de la mano con las palabras y en esto tropezamos.
Es verdad también que no puedo esperar que de forma natural surjan las palabras adecuadas, porque ellas vienen del corazón y “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34b). Las palabras correctas vienen cuando nuestros pensamientos van conforme a la sabiduría de Dios, porque nuestro corazón debe ser regenerado a través de Su palabra, y es allí como el Espíritu que proviene de Dios nos enseña qué decir y el momento adecuado.“Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” 1 Corintios 2:13 Esto requiere trabajo, así como el orfebre debe trabajar para producir un fruto que no se da en la naturaleza, pero muy valioso para quien lo reciba; igualmente necesitamos de nuestro Señor, Su gracia y ayuda.
“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” Salmo 19:14 Así es la palabra como oro, dicha como conviene, como con figuras de plata, adornada con palabras que sean de edificación y no para destrucción, porque así le agrada al Señor. “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” Colosenses 4:6
Dios las bendiga,
Carmen Salleres Benavente