Tener ansiedad debido a las luchas financieras puede ser paralizante. Queremos dar pasos para salir adelante pero a veces, volvemos a la situación en la que hemos estado antes: Ganamos, pagamos facturas, surge un imprevisto, entramos en pánico. Y repetimos este ciclo.
Cuando acudimos a Dios con nuestras inquietudes, miedos y preocupaciones, Él nos proporciona una paz inexplicable que nos tranquiliza en medio de nuestras tormentas financieras. Pero nosotros tenemos un papel que desempeñar. Debemos averiguar qué estamos haciendo financieramente que nos lleva al mismo lugar .
Algunas preguntas que podemos hacernos para ayudarnos a descifrar el origen de nuestra ansiedad financiera son:
¿Ha ocurrido algún evento inesperado?
¿Están mis hábitos de gasto fuera de control?
¿No estoy ganando lo suficiente para mantenerme?
¿He confundido mis necesidades y mis deseos?
Desglosemos más estas preguntas para que haya claridad sobre nuestra ansiedad financiera.
Sucesos imprevistos
A veces en la vida nos golpean eventos que vienen de la nada. Una reparación del coche, un procedimiento médico, una pérdida de ingresos. No podemos evitar que estos eventos sucedan, pero podemos estar preparados para lo inesperado. No es nuestra culpa cuando estos suceden. Si te falta un fondo de emergencia, empieza a crear uno para el futuro.
Hábitos de gasto
En su mayor parte, la forma en que gastamos nuestro dinero es algo sobre lo que tenemos control. Decidimos qué comprar, cuándo comprarlo y dónde comprarlo. Esto es difícil porque a menudo luchamos con el autocontrol, lo que nos lleva a tomar malas decisiones de gasto. Si está gastando en exceso, considere la posibilidad de recortar cosas.
Sin ganar nada
La mayoría de las veces nuestros problemas financieros se deben a nuestros hábitos de gasto, pero en ocasiones, puede deberse a la falta de fondos. Tenemos un trabajo, estamos trabajando duro, no gastamos innecesariamente, pero aún así tenemos estrés financiero. Si necesitas ganar más, evalúa tu situación laboral para ver si hay una mejor opción.
Deseos/Necesidades
Esta suele ser la parte que hace que la gente tenga estrés financiero-confundir nuestras necesidades y deseos. Nosotros necesitamos comida, ropa, vivienda y algunas otras necesidades básicas. Nosotros queremos ropa elegante, vacaciones caras y café de un barista. Si has confundido tus deseos y necesidades, es hora de recategorizarlos.
Acumulamos tesoros en la tierra gastando innecesariamente, y eso causa tensión en nuestra relación con Dios. Él debe ser lo primero en nuestra vida, no el dinero o las posesiones. Una vez que haya identificado la fuente de lo que está causando su ansiedad financiera, comience el proceso de cambiar su situación. Y entienda que esto tomará tiempo y no ocurrirá inmediatamente.
No le llevará mucho tiempo volver a la senda correcta al comenzar este proceso de identificar lo que ha causado la tensión financiera en su vida.