La perspectiva de Dios en cuanto a nuestro trabajo - Colosenses 3:22-25
Estudio Biblico
Colosenses 3.22-25
Las conversaciones en el lugar de trabajo a menudo giran en torno a los logros, reconocimientos y ascensos, así como al esfuerzo que las personas hacen para alcanzar sus objetivos. Aunque el mundo valora al espíritu de competencia y al impulso que se necesita para ser reconocido, estas no son las cualidades por las cuales el Señor evalúa nuestro trabajo.
Dios llama a sus hijos a una forma diferente de pensar y trabajar, una que nos identifica como pertenecientes a Él. Se llama servicio humilde, y es al Señor Jesucristo a quien servimos. Sin embargo, lo hacemos sirviendo con abnegación a los demás, ya sea que nos aprecien o no. Cristo mismo es nuestro modelo. Dejó las glorias del cielo, se hizo humano y se humilló para convertirse en el siervo obediente de su Padre celestial, hasta el punto de morir en la cruz. Por pertenecer a Él, debemos imitar su humilde obediencia al Padre (Fil 2.3-8).
Cualquiera que sea el trabajo que tengamos, debemos recordar que somos responsables ante Dios por nuestra actitud y diligencia. Él se complace cuando nuestro enfoque en el trabajo es “[de corazón], como para el Señor” (Col 3.23) y para contribuir al bien de los demás. Con ese enfoque de servidores, le daremos más importancia a las personas que nos rodean, las cuales percibirán un reflejo de Cristo en nuestras acciones.
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