Estudio Biblico
La palabra de Dios nos enseña que no debemos despreciar las riquezas de este mundo. En cierta medida, la prosperidad es la recompensa del trabajo duro, la buena administración y la diligencia.
Si las riquezas representan la bendición de Dios, el creyente no puede sentirse mal por obtenerlas. A menos, que las obtenga por medios dudosos.
Pero hay algo todavía más valioso que las mismas riquezas y como creyentes estamos llamados a buscarlas más que el oro y la plata.
· Sabiduría: es mejor adquirir sabiduría que oro fino. Proverbios 16: 16.
· El buen nombre: es mejor el buen nombre y la buena fama que las muchas riquezas. Proverbios 22: 1-2. El buen nombre es algo que no se construye de la noche a la mañana. Es algo que puede tomar muchos años ganarse esa buena reputación. Lastimosamente muchos hombres y mujeres de buen nombre ponen su reputación en juego por ganarse unos pesos de más. Debemos tener cuidado de que el enemigo no nos coloque lazo y así desacreditemos el nombre de Cristo.
· La integridad: ser integro es mejor que tener muchas riquezas.
· El amor: mejor es comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio. Proverbios 15: 17. Vivimos en un mundo materialista y muchos padres creen que amar a sus hijos es darles todo lo que ellos pidan.
· El temor del Señor: mejor es lo poco con el temor del Señor, que un gran tesoro con turbación. Proverbios 15: 16.
Para reflexionar: no deseches las riquezas pero hay algo más valioso y eso debes procurar tener.