Estudio Biblico
Una mujer llevaba en sus manos un frasco que contenía una cantidad abundante de perfume de nardo puro. Los discípulos calcularon que su valor podría estar en torno a lo que equivalía al sueldo de una persona por un año de trabajo.
Cuando llegó hasta donde estaba Jesús, la mujer quebró el cuello del vaso que contenía el ungüento con esto estaba dejando claras sus intenciones: No pensaba derramar simplemente unas gotas de aquel caro perfume, sino que lo iba a entregar completamente. De forma abundante y sin reservarse nada para ella misma.
María no era el tipo de creyente que se limita a dar una proporción específica, sino que como la viuda pobre, entregaba todo lo que tenía. De esta manera maría entendió el concepto de Adoración extravagante: no hay nada demasiado valioso como para no entregárselo al Señor.
14:4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?
14:5 Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.
14:6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho.
14:7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.
14:8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
14:9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
14:10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo.
14:11 Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle.