Estudio Biblico
EL TIEMPO EN QUE LA TIERRA DESCANSÓ
Por: Federico Suarez
La buena noticia para poder cuidar la tierra ...
Aquellos cuarenta días, la tierra descansó de los humanos, no hubo fiestas, matrimonios, ni ninguna reunión, ni siquiera de menos de 50 personas se admitió, los únicos ocho que hicieron caso fueron llevados en una casa, a puerta cerrada y de paso sea decir sin ventana.
La causa del confinamiento fue el agua, pero más a fondo, la maldad humana. Lo interesante es que en esta casa que no era convencional, no solamente había humanos, también había al menos una pareja de toda especie de los animales terrestres. En esos cuarenta días la tierra no solamente descansó de los humanos, fue bañada por agua, lo cual hizo que tardaran varios meses para que los aislados salieran de su casa: el Arca, mientras secaba la tierra. Los confinados, Noé, su esposa, sus tres hijos y sus respectivas esposas. (Gn 6-8)
Aunque no tenemos más datos para saber qué pasó con la tierra, para decir de qué manera los humanos que vivieron en el contexto de Noé la afectaron para mal o para bien, por el contexto literario si sabemos dos datos importantes: que entre los propósitos para los cuales fueron creados los humanos estaba el de cuidar la tierra y que, por causa de su maldad, la humanidad fue prácticamente exterminada. También sabemos que después de que se cerró la puerta del Arca, la tierra, por cuarenta días y unos meses más, estuvo sin humanos y sin su maldad, por ello podemos decir que fue el tiempo en que la tierra descansó.
Hoy los animales de diferentes especies se pasean por los barrios residenciales, los leones toman su siesta en las carreteras y los pájaros exóticos se trepan en los árboles de las ciudades, los océanos muestran aguas diáfanas, los delfines se acercan a las bahías cantando de alegría, la contaminación del aire ha bajado.
¿Qué ha pasado para que los animales de la tierra, las especies que vuelan por los aires y los que se sumergen en los mares hoy anden por tierras más limpias, vuelen por aires más puros y naden por aguas menos contaminadas?
Según dicen las noticias, de China salió un producto más de los miles que nos llegan de allá; en cuestión de semanas viajó a través de los humanos; llego en barco, avión, bus y a pie a casi todos los países entre los cuales están los más poblados del mundo.
Ese nos hizo meter en nuestras casas, y hasta a los que se han mostrado más incrédulos, como los de aquella cuarentena de Noé, les ha tocado retractarse y también resguardarse. Ahora todos estamos encerrados; desde los de más escasos recursos sin ni siquiera ventana para mirar y solo abren la puerta para poner su trapo rojo, hasta los que están en sus fincas privadas con jardín y piscina.
Aunque no tenemos datos que nos den evidencia si el coronavirus que nos tiene encerrados fue creado por los humanos, o si como dicen otros es un castigo divino, lo cierto es que la realidad demuestra que hoy persiste la maldad humana como en aquella primera cuarentena del arca de Noé, y que esos mismos humanos que fueron creados para cuidar la tierra, contrario a ello, hemos impregnado nuestra maldad sobre ella.
Hoy cuando Colombia lleva más de cinco meses en cuarentena prolongada, la tierra ha descansado y se ha limpiado de los humanos, de su maldad contaminadora con que la ha contagiado, la pregunta ahora es: ¿Qué pasará con la tierra cuando a estos seres “civilizados” se les abra la puerta?
De lo que, si podemos estar seguros, es que hoy persiste el propósito y el mandato de Dios para los humanos: que nos recuerda que fuimos creados para salir a cuidar la tierra.
¿Qué hacer para cumplir con este mandato cuando estamos contaminados de maldad?
Dios en la biblia nos da una buena noticia; nos dice que fuimos creados a su imagen y semejanza; nos facultó con características similares a las de él que nos permite cuidar su creación (Gn 1:26), que aunque la muerte que entró a nosotros tras la Caída (Gn:3) fracturó esta imagen, puede ser restaurada al creer y recibir a Jesucristo (Jn 1:12) pues en su vida, muerte y resurrección Dios se propuso restaurar todas las cosas que están en el cielo y en la tierra (Ef. 1:9-10): La relación con Dios y de ella la relación con y de nosotros con la naturaleza.
1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
1:30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.
1:31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.