Estudio Biblico
¿Qué era la fiesta de pentecostés?
Viene del número 50 ¿Por qué? Porque se celebraba Cincuenta días después de la pascua. El Pentecostés era una festividad judía-anual, también conocida como la «Fiesta de las semanas» o la «Fiesta de las primicias», y era conocida como la celebración de los primeros frutos de la cosecha. Levítico 23: 15-16.
Esta fue una de las tres mayores fiestas del año Deu 16:16, (la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las semanas, las primicias o pentecostés y la fiesta de los tabernáculos) esta fiesta de pentecostés era una fiesta de agradecimiento por las cosechas y en especial las cabezas de familia o sea los hombres debían presentarse con algo delante del Señor.
El orden cronológico para el inicio de esta fiesta fue el siguiente: A Jesús lo crucificaron en la Pascua, resucitó y ascendió cuarenta días después. El Espíritu Santo vino cincuenta días después de la resurrección, diez días después de la ascensión.
Como era una fiesta había muchos judíos dispersados en todas las naciones que hacían su peregrinaje a Jerusalén para celebrar la fiesta de pentecostés y traer su primicia al Señor. Quiere decir que lo que estaba aconteciendo en Jerusalén era un evento de talla mundial. Habían personas de todas partes en Jerusalén, prosélitos (son personas no judías convertidas al cristianismo) partos, medos, asiáticos, etc.
Y en este acontecimiento tan importante (como un mundial de futbol) Dios decidió enviar al Espíritu Santo por primera vez para constituir los primeros frutos de la Iglesia del Señor: los 120 discípulos. Si nos ponemos de acuerdo esa plenitud del Espíritu esta tambien para nosotros.
No cuestionenmos, recibamos. Seamos personas que sintamos un profundo anhelo por la presencia del Espíritu Santo. No seamos reacios a lo que el Señor quiere hacer. Disfruta lo que el Espíritu Santo esta haciendo en tú vida.
2:2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
2:3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
2:4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
2:5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
2:6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.
2:7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
2:8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
2:9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
2:10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,
2:11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
2:12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
2:13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.