Reteniendo nuestra fe - Marcos 11:20-26
Estudio Biblico
Debemos aprender a retener nuestra fe. Es como ir de pesca, agarrar un pescado, ya es tuyo pero tú sabes que él va a buscar la forma de zafarse, así es la fe agarramos la palabra de Dios, la semilla pero debemos retenerla para que no se nos escape y poder ver cumplida su palabra.
¿Hay palabras que han soltado sobre nosotros, y cuantos la hemos visto cumplidas? Fe es sinónimo de confianza, es un don de Dios (Rom. 12:3) y viene por el oír la Palabra de Dios (Rom. 10:17). La fe es el medio por el cual la gracia de Dios es otorgada al creyente que confía en la obra de Jesús en la cruz (Efe. 2:8). Sin fe es imposible agradar a Dios (Heb. 11:6). Es por fe que vivimos nuestra vida de cristianos, "El justo vivirá por la fe" (Hab. 2:4; Rom. 1:17).
Por fe andamos, no por vista» (2Co_5:7). El creyente debiera tener fe en el Dios viviente con respecto a todos los detalles de su vida diaria. La fe es una escritura o un documento legal que me garantiza que voy a recibir lo prometido. Es como un pagaré. Si tienes el documento te garantiza el pago de ello. Ese documento es la palabra de Dios nos garantiza ver realizados todas las promesas.
Sin fe es imposible agradar a Dios. Por la fe moveremos nuestras montañas. Por la fe el justo vivirá. No vivimos por vista, sino por fe. Debes aprender a ver con los ojos de la fe. La fe es llamar las cosas que no son como si fuesen. Debemos tener cuidado de tener la fe de Thomas, ese hombre nunca más se volvió a hablar de él y no aparece entre los grandes hombres de la fe.
La vida Cristiana se vive por fe, es necesario buscar estrategias para hacer crecer nuestra fe porque es mediante ella que vamos a ver la gloria de Dios, porque asi lo dijo el Señor Jesús. Jesús estando en nazareth no pudo hacer muchos milagros, porque estaba aterrado de la incredulidad de ellos, en ambientes cargados de excepticismo, incredulidad, racionalismo es muy difícil que Dios pueda obrar. La incredulidad tranca las bendiciones de Dios para nuestras vidas, ella abre puertas al desanimo y a la murmuración.
Por eso debes orar, leer la palabra y escucharla porque la fe viene por el oir su palabra; asi vas a ser un gran hombre o una mujer de fe, la fe es como un musculo que diariamente debemos ejercitarlo para hacer de él grande y fuerte, y con esa fe dijo Jesús: MOVEREMOS NUESTRAS MONTAÑAS.
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