Estudio Biblico
En el texto que leímos vemos a un hombre que oró a Dios por lluvia pero ¿cuál fue la consecuencia de la sequía? En los tiempos de Elias
La apostasía (apartarnos de Dios, Volverse atrás, recaer) el apartarse de Dios trajo como consecuencia sequia y hambre sobre la tierra. 1 reyes 18: 2: “el hambre era grave en samaria”. Elias representa la v La lucha de un hombre por volver el corazón de un pueblo profano a Dios. Israel adoraba a los baales (dios de los sidonios) pero con Elías volvieron al Dios verdadero.
Pero después de que en el monte Carmelo tomaron la decisión de seguir solamente a Dios, él comienza a derramar bendiciones sobre la tierra. En el monte Carmelo fue donde Dios hizo ver la lluvia que venía a Elías.
Debemos tomar decisiones ser radicales con Dios. si Jehová es nuestro Dios sirvámosle y amémosle. No podemos ser tibios. No podemos seguir luchando con los mismos habitos pecaminosos que practicabamos antes de conocer a Cristo. un vocabulario grotesco, algún pecado oculto, nos avergonzamos de decir que somos cristianos,murmuramos de otros, maldecimos y no bendecimos.
Acercate al Señor y pidele de corazón que te ayude, que te enamore de él para que realmente puedas vivir una vida no como a ti te agrada sino como al Señor le agrada. Debemos ir al Carmelo y tomar decisiones personales y como familia.
Elías siguió orando fervientemente “fervientes en oración” aunque las respuestas a nuestras oraciones no lleguen pronto debemos seguir orando fervientes sin desmayar.
Las grandes cosas suelen surgir de pequeños comienzos, las lluvias abundantes suelen surgir de pequeñas nubecitas como la palma de una mano. Que nunca menospreciemos el día de las pequeñeces. antes bien siempre debemos tener la esperanza de que de ellas salgan grandes cosas. Pequeños grupos de oración han surgido grandes avivamientos.
18:42 Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.
18:43 Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.
18:44 A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
18:45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel.
18:46 Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.