Estudio Biblico
50:34 El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.
50:35 Espada contra los caldeos, dice Jehová, y contra los moradores de Babilonia, contra sus príncipes y contra sus sabios.
50:36 Espada contra los adivinos, y se entontecerán; espada contra sus valientes, y serán quebrantados.
50:37 Espada contra sus caballos, contra sus carros, y contra todo el pueblo que está en medio de ella, y serán como mujeres; espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
50:38 Sequedad sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de ídolos, y se entontecen con imágenes.
50:39 Por tanto, allí morarán fieras del desierto y chacales, morarán también en ella polluelos de avestruz; nunca más será poblada ni se habitará por generaciones y generaciones.
50:40 Como en la destrucción que Dios hizo de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí hombre, ni hijo de hombre la habitará.
50:41 He aquí viene un pueblo del norte, y una nación grande y muchos reyes se levantarán de los extremos de la tierra.
50:42 Arco y lanza manejarán; serán crueles, y no tendrán compasión; su voz rugirá como el mar, y montarán sobre caballos; se prepararán contra ti como hombres a la pelea, oh hija de Babilonia.
50:43 Oyó la noticia el rey de Babilonia, y sus manos se debilitaron; angustia le tomó, dolor como de mujer de parto.
50:44 He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán a la morada fortificada; porque muy pronto le haré huir de ella, y al que yo escoja la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí? ¿y quién me emplazará? ¿o quién será aquel pastor que podrá resistirme?
50:45 Por tanto, oíd la determinación que Jehová ha acordado contra Babilonia, y los pensamientos que ha formado contra la tierra de los caldeos: Ciertamente a los más pequeños de su rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
50:46 Al grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó entre las naciones.