Estudio Biblico
Algunos de los discípulos habían vuelto a su trabajo normal, a ese que desempeñaban antes de ser elegidos como discípulos del Señor. Como cuando tú, luego de fallarle al Señor, vuelves a hacer lo que antes hacías, vuelves a tu vida normal del mundo. Pero cuando Pedro oyó que era el Señor, dice la Biblia que se puso la ropa y se echó al mar, para encontrarse con Jesús que estaba en la playa.
Y es que Dios es un Dios de oportunidades. Pedro había fallado, había vuelto a su vida antigua, pero aun así Jesús fue a buscarlo y Pedro frente a la insistencia de Dios por buscarlo opta por salir corriendo a su encuentro, como un hijo prodigo anhelando una segunda oportunidad la cual esta vez aprovecharía.
Pedro se dio cuenta que era la oportunidad de reivindicarse, de pedir perdón y tener una nueva oportunidad. Cuando lo vio me imagino que sus ojos se llenaron de lágrimas, como pudo, salió corriendo a su encuentro, pienso que se paró frente a Él y no hallaba que decir, mientras su garganta con un enorme nudo no le permitía pronunciar palabra, sus ojos han de haber hablado más que mil palabras, su rostro arrepentido seguramente hizo que Jesús le diera un abrazo de esos que a pesar de no pronunciar palabras demuestran todo el perdón y el amor que tiene para los suyos.
Qué lindo episodio, lo que todo parecía arruinado fue restaurado por nuestro Señor. Este episodio es semejante al que muchos atravesamos en la vida. Cuando luego de ser testigos de cosas maravillosas del Señor, luego que Dios nos rescató de la muerte eterna, nos dio nueva vida y aparte confió en nosotros para alguna tarea en especial; nosotros decidimos fallarle, negarlo con nuestras acciones y olvidarnos por completo de todo lo lindo que ha sido.
No sé qué momento estas pasando, no sé cómo estará tu relación personal con el Señor, no sé si estas a punto de tirar la toalla y regresar a tus antiguas actividades, más en esta hora te digo con toda convicción: Dios es un Dios de nuevas oportunidades. Lo último que Dios querría seria que tú te fueras a tu antigua vida, Él te ama y con su eterno amor te busca porque quiere restaurarte, quiere perdonarte y darte una nueva oportunidad.
Para reflexionar: ¿Porque no te bajas de esa barca de vida antigua y corres a su encuentro?, ¿Por qué no te ciñes los vestidos y vas delante de Él?, te aseguro que al estar en su presencia sentirás como su amor y perdón te alcanzan. Dios es un Dios de nuevas oportunidades y Él te quiere dar una nueva oportunidad hoy.
21:2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
21:3 Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
21:4 Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.
21:5 Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.
21:6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.
21:7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
21:8 Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.
21:9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
21:10 Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar.
21:11 Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió.
21:12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor.
21:13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado.
21:14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.
21:15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.
21:16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
21:17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
21:18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.
21:19 Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.