Comentario de Matthew Henry | Salmos 77:1-10 | 0 | 351
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Comentario Salmos 77: 1-10 Los problemas y tentación del salmista - Salmos 77:1-10

Estudio Biblico

Vv. 1—10. Los días difíciles deben ser días de oración; cuando parece que Dios se aleja de nosotros debemos buscarlo hasta que lo hallemos. En su día difícil el salmista no buscó la diversión o el entretenimiento; buscó a Dios, su favor y gracia. Quienes tienen problemas mentales deben orar para alejarlos. —Él meditó el problema; los métodos que debieron aliviarlo sólo aumentaron su pesar. Cuando se acordó de Dios fue sólo la justicia e ira divina. Su espíritu estaba abrumado y hundido  bajo el peso.
 Que el recuerdo de las consolaciones perdidas no nos haga desagradecidos de lo que quedó. En particular, él llama a recordar las consolaciones con que se sostuvo en pesares anteriores. —Este es el lenguaje de un alma adolorida y solitaria, que anda en tinieblas; caso común aun entre quienes temen al Señor, Isaías i, 10. Nada hiere y lacera más que pensar que Dios está airado. El propio pueblo de Dios, en un día nublado y oscuro, puede sentirse tentado a sacar conclusiones erróneas sobre su estado espiritual y del reino de Dios en el mundo. Sin embargo, no debemos dar lugar a esos temores. 
Que la fe responda desde la Escritura. —La fuente turbia se aclarará nuevamente; y el recuerdo de épocas anteriores de experiencias gozosas, a menudo suscita esperanza, y tiende al alivio. Las dudas y los temores proceden de la falta de fe y su debilidad. El desaliento y la desconfianza en caso de aflicción suelen ser con demasiada frecuencia las enfermedades de los creyentes, y como tales, tienen que ser pensadas por nosotros con pena y vergüenza. Cuando la incredulidad esté obrando en nosotros debemos suprimir su levantamiento.

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PASAJE BIBLICO

Salmos 77
77:1 Con mi voz clamé a Dios,A Dios clamé, y él me escuchará.

77:2 Al Señor busqué en el día de mi angustia;Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso;Mi alma rehusaba consuelo.

77:3 Me acordaba de Dios, y me conmovía;Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah

77:4 No me dejabas pegar los ojos;Estaba yo quebrantado, y no hablaba.

77:5 Consideraba los días desde el principio,Los años de los siglos.

77:6 Me acordaba de mis cánticos de noche;Meditaba en mi corazón,Y mi espíritu inquiría:

77:7 ¿Desechará el Señor para siempre,Y no volverá más a sernos propicio?

77:8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia?¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?

77:9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia?¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah

77:10 Dije: Enfermedad mía es esta;Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.

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