Vv. 8—11. El corazón del hombre es tan perverso que las desgracias más severas nunca llevarán
a nadie a arrepentirse sin la gracia especial de Dios. El mismo infierno está lleno de blasfemias; y los
ignorantes de la historia humana, de la Biblia, y de sus propios corazones, no saben que mientras
más sufren los hombres, y más claramente vean la mano de Dios en sus sufrimientos, más
furiosamente se enojan a menudo contra Él. Que ahora los pecadores busquen el arrepentimiento en
Cristo y la gracia del Espíritu Santo o tendrán la angustia y el horror de un corazón sin humillar,
impenitente y desesperado; añadiendo así a su culpa y desgracia por toda la eternidad. —Las
tinieblas se oponen a la sabiduría y al conocimiento y prolongan la confusión y la necedad de los
idólatras y seguidores de la bestia. Se oponen al placer y al gozo, y significan la angustia y la
vejación del espíritu.