Vv. 1—3. Melquisedec salió al encuentro de Abraham cuando éste volvía de rescatar a Lot. Su
nombre, “Rey de Justicia”, es indudablemente apto para su carácter que lo marca como tipo del
Mesías y de su reino. El nombre de su ciudad significa “paz” y, como rey de paz era tipo de Cristo,
el Príncipe de Paz, el gran reconciliador entre Dios y el hombre. Nada se registra acerca del
comienzo o el fin de su vida, así que como tipo recuerda al Hijo de Dios, cuya existencia es desde la
eternidad hasta la eternidad, que no hubo quien fuera antes de Él y que no tendrá a nadie que venga
después de Él, en su sacerdocio. Cada parte de la Escritura honra al gran Rey de Justicia y de Paz,
nuestro glorioso Sumo Sacerdote y Salvador, y mientras más le examinamos, más estaremos
convencidos de que el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.