Vv. 9, 10. Los siervos deben conocer y cumplir su deber para con sus amos terrenales, con
referencia al amo celestial. Al servir a un amo terrenal conforme a la voluntad de Cristo, Él es
servido; los tales serán recompensados por Él. No darse al lenguaje insolente y provocativo, pero
aceptar en silencio una reprensión o un reproche, sin formular respuestas soberbias ni atrevidas.
Cuando uno tiene conciencia de una falta, excusarse o justificarla simplemente la aumenta al doble.
Nunca uséis por cuenta propia lo que pertenece al amo, ni desperdiciéis los bienes que os hayan
confiado. Demuestra toda esa buena fidelidad para utilizar los bienes del amo, y fomentar su
progreso. Si no habéis sido fieles en lo que es de otro hombre, ¿quién os dará lo que es propio?
Lucas xvi, 12. La religión verdadera es un honor para los que la profesan y ellos deben adornarla en
todas las cosas.