Estudio Biblico
El temor ha sido parte de la composición emocional del ser humano desde la caída. Cuando Adán y Eva se rebelaron contra Dios, se ocultaron de Él y tuvieron miedo (Gn 3.10). Las cosas no han cambiado mucho. La ansiedad afecta a menudo nuestra manera de pensar, y controla nuestras acciones. Puede mantenernos prisioneros y reacios a aventurarnos en territorio desconocido.
Permita que la verdad le ayude a vencer el temor. Recuerde que Dios:
Es todopoderoso. Gracias a la vida perfecta de nuestro Salvador y a su sacrificio en la cruz, Satanás y la muerte han sido derrotados. Jesús nos rescató de la esclavitud del pecado, y el diablo ya no tiene poder sobre nuestra vida. Además, ya no enfrentamos la separación eterna de Dios. La muerte física de Jesús se convirtió en el medio para vivir con el Padre por la eternidad.
Está siempre con nosotros. El Señor le dijo a Abraham que dejara su familia, pero le prometió que se mantendría cerca de él. En Mateo 28.20, tenemos la misma seguridad de parte del Señor Jesús. Por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros, como creyentes no solo tenemos a Dios cerca, sino también en nosotros. Nada podrá separarnos jamás de Él —ni los errores del pasado, ni las circunstancias del presente o del futuro (Ro 8.38, 39).
Está involucrado activamente. Dios nos promete su ayuda y siempre cumple su Palabra. Sabe lo que nos está sucediendo, y puede convertir las dificultades en un tiempo de crecimiento espiritual y de grandes bendiciones.
Dios mismo es la razón para que no tengamos temor. Capte la verdad de su poder, su presencia y su involucramiento, y utilícelos para desactivar la mina terrestre del temor.
27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
27:3 Aunque un ejército acampe contra mí,No temerá mi corazón;Aunque contra mí se levante guerra,Yo estaré confiado.
27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.