Estudio Biblico
A menudo escuchamos la frase “el quid o punto crucial de la cuestión” o “el punto crucial de la situación”. La palabra crucial viene del latín medieval, y tiene que ver con “cruz”. ¿Por qué ha llegado la palabra cruz a estar asociada con una coyuntura o punto crítico en el tiempo? Porque la cruz de Cristo es verdaderamente el punto crucial de la historia. Sin la cruz, la historia en sí no puede ser definida o reajustada.
Hay otra palabra que normalmente se escucha, en el idioma inglés, cuando se está en medio de un dolor terrible: es la palabra excruciating, que significa dolor insoportable. Ésta, también, se deriva del latín y significa “fuera de la cruz”. A lo largo de la historia y de la experiencia humana, el acontecimiento histórico de la cruz intercepta al tiempo y al espacio, y habla a las heridas más profundas del corazón humano.
Pero en la vida hay más que dolor y sufrimiento. También vivimos con anhelos profundos dentro del corazón humano, como el anhelo por la verdad, la justicia, el perdón y la paz. Como lo veo, hay solamente un lugar en el mundo donde estos anhelos convergen: en la cruz de Cristo, donde la paz y la justicia perfectas se unieron la tarde de un viernes.
La cruz define lo que son las implicaciones del amor. Es que, en términos cristianos, el amor no es simplemente una emoción o una expresión para reconciliarse con Dios. En una relación con Dios, el amor, en última instancia, se transforma en adoración. Todas las relaciones terrenales terminarán algún día. Es en la adoración solamente que la admiración a Dios y la verdad de Él se funden, prefigurando la consumación de la comunión eterna. Ese enriquecimiento que proviene de la adoración nutre todas las demás relaciones, y nos ayuda a mantener sagrados todos los compromisos fundamentales de la vida.
Nunca antes ha sido más evidente que este mundo necesita redención —y esa redención es costosa. La cruz, más que nunca, es necesaria para superar la brecha entre Dios y nosotros. Sin la cruz, el abismo que nos separa de la verdad, el amor, la justicia y el perdón, nunca podrá ser salvado. Las profundidades del misterio y el amor que se encuentran en la cruz, nunca podrán ser descifradas totalmente, pero el anhelo de un verdadero creyente en Cristo debe ser maravillarse por el alto precio de ella, y ensalzar su significado.
Es por eso que celebramos la Pascua. La cruz se erige como la perspectiva contraria a todo lo que este mundo nos ofrece. Al guardar esta Semana Santa, que usted sea lleno de admiración y adoración al Señor.
—Ravi Zacharias
15:17 Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas,
15:18 comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos!
15:19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias.
15:20 Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.
15:21 Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz.
15:22 Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.
15:23 Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.
15:24 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno.
15:25 Era la hora tercera cuando le crucificaron.
15:26 Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS.
15:27 Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda.
15:28 Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos.
15:29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas,
15:30 sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz.
15:31 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.
15:32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban.
15:33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
15:34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
15:35 Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías.
15:36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle.
15:37 Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.
15:38 Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
15:39 Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.