Vv. 9, 10. Las visitas de la gracia de Dios suelen hallarnos en el camino del deber; y más será
dado a los que usan lo que tienen para provecho del prójimo. Esta entrevista con Cristo era
inesperada, pero Cristo estaba cerca de ellos y aún está cerca de nosotros en la palabra. El saludo
habla de la buena voluntad de Cristo para con el hombre, aun desde que entró a su estado de
exaltación. Es la voluntad de Cristo que su pueblo sea un pueblo alegre y jubiloso, y su resurrección
da abundante material para el gozo. —No temáis. Cristo resucitó de entre los muertos para acallar
los temores de su pueblo y hay suficiente en ello para acallarlos. Los discípulos lo habían
abandonado, vergonzosamente en sus sufrimientos, pero para mostrar que puede perdonar, y para
enseñarnos a hacerlo así, los llama hermanos. A pesar de su majestad y pureza, y de nuestra bajeza e
indignidad, Él aun condesciende a llamar sus hermanos a los creyentes.