Vv. 22, 23. Por la ley de Moisés era contaminante tocar un cadáver, por tanto, no deben quedar
los cadáveres colgados, porque así contaminan la tierra. Hay aquí una razón que se refiere a Cristo:
maldito por Dios es el colgado; esto es, el mayor grado de desgracia y reproche. Quienes vean a un
hombre colgado entre el cielo y la tierra, concluirán que ése ha sido abandonado por ambos, siendo
indigno de los dos lugares. Moisés, por inspiración del Espíritu usa la frase de ser maldito de Dios,
cuando quiere decir no más que ser tratado en la forma más ignominiosa, para que después pudiera
aplicarse a la muerte de Cristo y mostrar que en ella Él sufrió la maldición de la ley por nosotros; lo
cual prueba su amor y estimula a tener fe en Él.