Vv. 33—44. En la fiesta de los tabernáculos se recuerda cuando tuvieron que vivir en tiendas o
cabañas en el desierto, como asimismo a sus padres que habitaron en tiendas en Canaán; esto, para
recordarles sus orígenes y su liberación. También podría prefigurar el hecho de que Cristo iba a
hacer tabernáculo en la tierra, en la naturaleza humana. Representa la vida del creyente en la tierra:
extranjero y peregrino aquí abajo, con su hogar y corazón arriba, con su Salvador. —Valoraban más
las comodidades y bienestar de sus hogares después de vivir siete días en las cabañas. A veces es
bueno, para quienes tienen abundancia y comodidad, aprender lo que es soportar privaciones. El
gozo de la cosecha debe ser aumentado para fomentar nuestro gozo en Dios. De Jehová es la tierra y
su plenitud; por tanto, Él debe tener la gloria por cualquier comodidad que tengamos, especialmente
cuando se perfecciona alguna misericordia. —Dios designó estas fiestas, “además de los días de
reposo y de todas vuestras ofrendas voluntarias”. El llamamiento a servicios extraordinarios no es
excusa para descuidar los constantes y establecidos.