¿QUÉ HACEMOS CON ESTOS MUCHACHOS? - Proverbios 1:1-6

Hoy tenemos gran preocupación por la situación de los muchachos, de los jóvenes; como padres, tíos, abuelos, profesores y demás responsables de ellos, nos preocupamos por lo vulnerables que son a la seducción de la droga, el alcohol o algún tipo de tentación sexual. Sin embargo no nos damos cuenta que nosotros mismos que creemos ser los sabios para guiarlos por el buen camino, también tenemos la necesidad de seguir creciendo en sabiduría y en la capacidad de aplicarla en la vida diaria.

En la introducción del libro de proverbios, en los versículos dos al tres trata acerca de la sabiduría y su propósito y del 4 al 6 de quienes pueden hacer uso de ella, además de  la forma de ponerla en práctica. La sabiduría no se adquiere fácilmente, pues contiene inteligencia la cual implica estar bajo instrucción, es decir sumisión. Pero debe ser  práctica, se debe llegar a ser capaces de juzgar cada aspecto de la vida con justicia es decir con equilibrio. Los que pueden ser sabios y vivir una vida de equilibrio, no solo son los jóvenes sino también los que la dan, pues necesitan seguir creciendo para dar más crecimiento.

Todos necesitamos sabiduría: Estar bajo instrucción: Nuestros jóvenes, que a su corta edad son ignorantes de muchos aspectos de la vida, necesitan de ella para ser sagaces y capaces de no dejarse seducir y así vivir  prudentemente juzgando cada aspecto de su vida con equilibrio, y nosotros, los más adultos que como responsables de nuestras vidas y la de ellos, debemos de crecer en más sabiduría y así poder tener la habilidad de ser ejemplo para ellos.  

Si la fuente de la sabiduría es Dios, y debemos de recibirla de él con  reverencia y humildad, Como vimos hace ocho días, entonces, todos: Jóvenes y adultos, pongámonos bajo la instrucción del buen y sabio Dios.