Vv. 1—5. Betel estaba olvidado. Pero a cuantos Dios ama, les recordará los deberes descuidados de
una u otra forma, por la conciencia o por providencia. Cuando hemos hecho un voto a Dios, es mejor
no demorar el pago; mejor tarde que nunca. Jacob mandó a su hogar que se preparara no sólo para el
viaje y el cambio sino para los servicios religiosos. Los jefes de familia deben usar su autoridad para
conservar la fe en sus familias, Josué xxiv, 15. Ellos deben quitar los dioses ajenos. En las familias
en que hay una apariencia de religión y un altar para Dios, muchas veces hay mucha perdición y más
dioses extraños de lo que uno supondría. Tienen que purificarse y cambiar sus vestiduras. Estas son
sólo ceremonias externas, que representan la purificación y el cambio del corazón. ¿Qué son las
ropas limpias y las vestiduras nuevas, sin un corazón limpio, sin un nuevo corazón? —Si Jacob
hubiera buscado antes esos ídolos, antes se hubieran separado de ellos. A veces los intentos de
reforma triunfan mejor de lo que hubiéramos pensado. Jacob enterró las imágenes. Debemos estar
totalmente apartados de nuestros pecados, como lo estamos de aquellos que están muertos y
sepultados, fuera de la vista. Se cambió de Siquem a Betel. Aunque los cananeos estaban muy
enojados con los hijos de Jacob por el trato bárbaro contra los de Siquem, fueron retenidos de tal
modo por el poder divino, que no pudieron aprovechar la oportunidad de vengarse que ahora se les
ofrecía. El camino del deber es el camino de la seguridad. Cuando estamos ocupados en la obra de
Dios, estamos bajo protección especial; Dios está con nosotros mientras nosotros estemos con Él; y
si Él es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Dios rige al mundo por terrores secretos en la mente de
los hombres más de lo que podemos darnos cuenta.