Comentario de Matthew Henry | Genesis 24:54-67 | 0 | 1954
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Comentario Génesis 24:54-67. El feliz encuentro y matrimonio de Isaac y Rebeca. - Genesis 24:54-67

Estudio Biblico

Vv. 54—67. El siervo de Abraham, como quien opta por su trabajo antes que por su placer,
estaba presuroso por llegar a casa. Demorarse y quedarse no son propios en absoluto de un hombre
sabio y bueno que es fiel a su deber. —Como los hijos no deben casarse sin el consentimiento de sus
padres, así los padres no deben casarlos sin el de ellos. Rebeca consintió, no sólo en ir sino en irse de
inmediato. La bondad del carácter de Rebeca muestra que nada incorrecto había en su respuesta
aunque no concuerde con nuestras costumbres modernas. Podemos esperar que ella tuviera una idea
tal de la religión y piedad de la familia a la que iba, que se sintió dispuesta a olvidar a su propia
gente y la casa de su padre. Sus amigas la despidieron con atenciones apropiadas y con cordiales
buenos deseos. Ellas bendijeron a Rebeca. Cuando nuestras relaciones entran en una situación nueva,
debemos encomendarlas por medio de la oración a la bendición y gracia de Dios. —Isaac estaba bien
ocupado cuando se encontró con Rebeca. Salió a aprovechar una tarde tranquila en un lugar solitario
para meditar y orar, esos ejercicios divinos por los cuales conversamos con Dios y con nuestros
propios corazones. Las almas santas aman el retiro; nos hará bien estar a solas con frecuencia si
usamos eso en forma correcta; y nunca estamos menos solos que cuando estamos a solas. —Observe
qué hijo tan afectuoso era Isaac: casi tres años habían pasado desde que murió su madre y, sin
embargo, él aún no se había consolado. Vea también qué marido cariñoso fue con su esposa. Los
hijos respetuosos prometen ser maridos cariñosos; el que cumple con honor su primera posición en
la vida, probablemente haga lo mismo en las siguientes.

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PASAJE BIBLICO

Genesis 24
24:54 Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor.

24:55 Entonces respondieron su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá.

24:56 Y él les dijo: No me detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor.

24:57 Ellos respondieron entonces: Llamemos a la doncella y preguntémosle.

24:58 Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.

24:59 Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus hombres.

24:60 Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana nuestra, sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos.

24:61 Entonces se levantó Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos, y siguieron al hombre; y el criado tomó a Rebeca, y se fue.

24:62 Y venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él habitaba en el Neguev.

24:63 Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.

24:64 Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello;

24:65 porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.

24:66 Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho.

24:67 Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

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